Susana Seivane y sus amigos llevaron ayer la tradición a la plaza de María Pita. La gaiteira recordó los temas que había aprendido de pequeña, de los dedos de su abuelo, el ya fallecido Xosé Manuel Seivane, pero también las piezas que, a lo largo de su vida, ha compuesto ella o rescatado de cancioneros o de la memoria de los que ya tocaban cuando ella ni siquiera había nacido. Seivane tocó la gaita, cantó, cogió la pandereta y se dejó llevar por la música que la vio crecer y que la acompañó hasta donde está ahora, no en vano, su último disco se llama Os soños que volven, porque las melodías y la tradición, nunca se van del todo.