Los capitanes de la selección española se determinan históricamente por los partidos internacionales. En esta faceta, César Azpilicueta anda un tanto rezagado con sus 25 encuentros con España, pero en la práctica es uno de los líderes del vestuario. A sus 31 años acaba de levantar la Champions League con el Chelsea y los jóvenes de la roja están siempre atentos a sus palabras. En una situación límite como la actual, con la clasificación para octavos pendiente de ganar a Eslovaquia, sus reflexiones son más importantes que nunca.

Azpilicueta repitió ayer ante los medios el mismo mensaje que está lanzando a sus compañeros. Los únicos dos puntos sumados y las malas sensaciones del último partido no deben llevar a una ola de pesimismo porque “lo importante es depender de uno mismo y que jugamos en casa. Es como una eliminatoria que jugaremos ante nuestro público”.

Los torneos cortos son especiales. Azpilicueta ya ha estado en la Copa Confederaciones de Brasil 2013, el Mundial de Brasil 2014, la Eurocopa de Francia 2016 y el Mundial de Rusia del 2018. Aunque tuvo poca participación —excepto en Brasil, en donde fue titular—, tiene una visión en perspectiva de la situación de España. “Nadie decía cómo empezó Portugal en 2016 que sería campeona de Europa, o España en el Mundial del 2010 cuando empezó con una derrota que le hizo más fuerte... Lo importante es cómo se acaba”. Su referente más próximo es el Chelsea “con el que nos daban por muertos en enero y ganamos la Champions”.

Como jugador veterano, su mensaje fue que “estamos vivos, dependemos de nosotros mismos. Tenemos que ser humildes, autocríticos y valorar lo que hacemos bien. El partido ante Eslovaquia es a vida o muerte y tenemos hambre para sacarlo adelante”.

También buscó empatía con la afición y aclaró: “No vamos a pedir nada, lo tenemos que demostrar. Es normal que la afición no esperara dos empates. No estamos saltando de contentos, diciendo que vamos a ganar la Eurocopa”. Aunque aún no ha jugado, su espíritu de grupo está por encima y recalcó: “Voy a apoyar a tope desde donde me toque”.