Carles Castell | Doctor en Ecología y escritor que mañana está en Lóngora

“A veces se fomenta el contacto con la naturaleza como un decorado de fin de semana”

“Media hora de actividad física suave en el medio natural ya mejora nuestra salud, física y mental, nuestro bienestar”

Castell, en el Ceida cuando era presidente de Europarc España.  | // L.O.

Castell, en el Ceida cuando era presidente de Europarc España. | // L.O. / M. Villar

El doctor en Ecología por la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador Carles Castell Puig (Reus, 1962), conoce el castillo de Santa Cruz en Oleiros tras haber participado en algunas actividades del Centro de Extensión Universitaria y Divulgación Ambiental (Ceida) cuando era presidente de Europarc-España, la sección española de la Federación Europea de Parques. Castell además es divulgador y autor de ficción, sobre todo relatos y también microrrelatos, por los que ha obtenido numerosos galardones. En 2022 publicó una novela, Camins de desig, galardonada con el Premio de Narrativa Vila d’Ascó. Mañana, jueves 9 de noviembre, estará de nuevo en Oleiros, pero esta vez en el pazo de Lóngora en Liáns, en la biblioteca ambiental, a partir de las 19.00 horas, para ofrecer una conferencia sobre cómo el contacto con la naturaleza mejora nuestra salud y la conexión que tiene el paisaje en nuestra memoria.

¿Vemos la naturaleza como ese espacio al que ir el fin de semana para desconectar y luego regresar a la ciudad y al trabajo?

A veces sí, se fomenta el contacto con la naturaleza como un decorado de fin de semana, con una visión utilitarista. Estamos muy desconectados de la naturaleza, no conocemos cómo funciona el mundo rural, agrícola, forestal. Y volvemos a la ciudad después del fin de semana y ya no tenemos más contacto. Es necesario ese contacto por nuestro bienestar, nuestra calidad de vida y nuestra salud. Luego es más fácil cambiar de hábitos y de manera de vivir.

Se dice que estamos concienciados, sensibilizados con cuidar el Planeta, pero el compromiso real pasa por cambiar nuestra forma de vivir, y no queremos renunciar a eso.

Cuesta mucho renunciar a nuestra forma de vida actual, a la forma en que consumimos, al ritmo de vida que tenemos. La única forma es hacerlo desde las emociones que tenemos cuando conectamos con la naturaleza.

Existen salidas, excursiones, para darse ‘baños de bosque’. ¿Es la mejor receta para mejorar nuestra salud?

Se han realizado estudios científicos que avalan que estar en la naturaleza mejora nuestra salud física. Se dice que un paseo diario de veinte o treinta minutos es preventivo de enfermedades. Mejora nuestro sistema inmunológico, nuestra flora intestinal, la microbiota, y también nuestra salud mental. Reduce el estrés, el nerviosismo, es bueno contra la hipertensión, la diabetes, enfermedades cardiovasculares. Existe algo que se llama síndrome por déficit de naturaleza, que por ejemplo en los niños está relacionado con trastornos de atención y en adultos con depresiones. Se ha comprobado que mejora la capacidad de atención en los niños que están en entornos rurales.

¿La naturaleza es la cura de nuestro cuerpo?

Restaura nuestra salud mental, física y comunitaria. Mejora nuestra calidad de vida. Media hora diaria de actividad suave en el medio natural ya mejora nuestra salud.

El ser humano sabe que hay que conservar la naturaleza, por su propia supervivencia, pero la arrasamos, talamos, construimos.

Sí, esa es la contradicción, destruimos nuestro bienestar. Tenemos una visión utilitarista de la naturaleza, de consumirla, explotarla, o como algo que nos da miedo. Se ha hecho un estudio en el que se comprobó que ver una fotografía de un paisaje ya tiene beneficios en la recuperación de una persona. Solo con ver una foto de un bosque. Así que si es un bosque de verdad, es un plus. Se habla de la regla 3-30-300, de ver tres árboles en un barrio con un 30% de verde y tener un parque a menos de 300 metros.

¿Sería exagerado que hubiese una asignatura en los centros educativos, de conservación de la naturaleza?

Sería positivo, seguro, desarrollar hábitos desde niño, como el de reducir el consumo. Es más fácil una conexión cuando se es pequeño que de adulto.

La Naturaleza es el oro de verdad, la mayor joya del Planeta, pero no lo vemos.

Lo olvidamos, no vemos los intangibles. Con el Covid, el salto de los virus, hemos visto que la vacuna es la naturaleza, nos abrió los ojos.

Además de su trabajo como ecólogo, responsable de parques y demás, también conciencia a través de la ficción, como el libro que publicó el año pasado, Camins de desig

Trata de un profesor que vive en Laponia y después de muchos años, por la pérdida de un familiar, regresa a casa, al sur de Catalunya. Camina por esos paisajes de su infancia, se reencuentra con ellos.

¿Caminar por la naturaleza como forma de llevar el duelo?

Por ejemplo, también ayuda en eso, nos hace sentir más seguros.

Hay muchos autores que dicen inspirarse mientras caminan, como Thoreau.

Existen muchos filósofos que lo practicaban. El movimiento nos ayuda, nuestro pensamiento fluye más, estimula más nuestra creatividad.

El paisaje de nuestra infancia, si pasan los años y volvemos y ha cambiado totalmente...

Causa un daño emocional, claro. Sientes que te han robado un poco tu vida, tu infancia, que has perdido una parte de ti. Un autor ha dicho que somos la primera generación que ha cambiado el paisaje.

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