Pensar en 20 años más, en un entorno tan acelerado y cambiante como el actual es estimulante. Invita a soñar, a ilusionarse. En los próximos años, no en veinte sino en esta década, el peso de la economía digital se va a multiplicar por dos y pienso que un futuro brillante para nuestra ciudad puede venir de la mano de la digitalización en sus diferentes ámbitos.

Hasta hoy, se ha configurado en la comarca un polo tecnológico interesante resultado de iniciativas empresariales aisladas, beneficiado por la existencia de importantes empresas en la zona que demandan mucha tecnología y por la proximidad a una administración autonómica que ha destacado por su apuesta por importantes proyectos tecnológicos. Todos ellos tiran fuertemente de la demanda y son un elemento tractor para el avance del sector TIC. Adicionalmente, la Universidade da Coruña juega un papel importante para la generación de talento tecnológico, bueno en calidad, pero claramente insuficiente en cantidad.

Todo ello ha sucedido sin planificación. Sin que podamos hablar de planes específicos para el sector TIC. De hecho, es un sector sobre el que aún hoy algunos dudan si es un sector protagonista, si configura una cadena de valor clave para Galicia o es solamente un sector auxiliar del resto de sectores de la actividad económica. Personalmente lo tengo claro, es un sector clave y además con un gran futuro.

Estamos ante una enorme oportunidad para A Coruña y partimos de una buena posición. Otros, parecidos a nosotros en tamaño, ya vieron el potencial de este sector, el valor que genera, el empleo, los salarios, … hicieron una apuesta decidida y nos llevan ventaja. El caso de Málaga es un buen ejemplo.

Para los próximos años, A Coruña y su comarca tienen que plantearse ser un referente de la economía digital. Ser un referente en generación de talento digital en titulaciones tecnológicas desde el ámbito público y privado, también en la oferta de capacitación digital para personas con otras formaciones. Potenciar los centros tecnológicos. Trabajar en la captación de proyectos tecnológicos y proyectos de inversión que se instalen aquí a través de políticas públicas valientes con ventajas y apuestas fuertes en materia de infraestructuras, como la Ciudad de las TIC, pero también con otras ayudas públicas y bonificaciones. Tenemos que ser capaces de desarrollar vínculos con el capital riesgo tecnológico y coinvertir desde el ámbito público. Generar un ecosistema propicio para generar y atraer startups.

Una última reflexión, esto no es solo un reto de tecnología. Para que esto suceda tenemos que ser atractivos, para seducir al mercado tecnológico vamos a competir con los mejores, importa el estilo de vida, la oferta cultural, la movilidad, la vivienda, infraestructuras de comunicaciones aérea y ferroviaria, la oferta educativa… si en una actividad como la tecnología queremos ser una ciudad de referencia, a todas ellas tenemos que prestar atención y mejorar.

Esa es la oportunidad, A Coruña como destino tecnológico. Estamos en una buena posición y, además, en los próximos años queda mucho por hacer, por ver, por inventar en el mundo digital. Es posible y está en nuestras manos. Vamos a por ello.