La principal transformación que ha experimentado el Puerto de A Coruña en las últimas décadas es la construcción del puerto exterior. A partir de su puesta en marcha, el trabajo emprendido por la Autoridad Portuaria fue caminando en varias direcciones: finalizar las infraestructuras pendientes, desplegar un ambicioso plan comercial para captar nuevos operadores o abordar el traslado de la actividad desde el puerto interior. Todos estos procesos se fueron desarrollando a buen ritmo pero seguía bloqueado un elemento fundamental: el enlace ferroviario.

La luz verde para licitar la obra del tren a Langosteira será la gran oportunidad para darle el empujón definitivo al puerto exterior e incluso al propio puerto interior. Y es que al permitir el traslado de graneles que dependen del tráfico ferroviario, se dejarán espacios libres para captar nuevos tráficos y completar la especialización del puerto urbano en mercancías limpias, en la línea de la pesca o los cruceros.

El puerto exterior se ha consolidado como centro logístico y encara su desarrollo definitivo con la llegada del ferrocarril.

“Para el puerto va a ser una revolución, como la que se vivió en los años 60 con el dique de abrigo”, señala el presidente de la Autoridad Portuaria. Martín Fernández Prado, que tiene también puesto el foco en otro objetivo estratégico: la transformación energética. El proyecto Green Port es otro de los retos emprendidos para abordar la descarbonización industrial y el uso de energías alternativas, no solo en el propio Puerto de A Coruña, sino también en las empresas de su entorno.

El proyecto avanza ya con paso seguro, afianzado por proyectos como el de Inditex, que ya está tramitando su parque eólico en el puerto exterior, o de Enerfín, que ha elegido también punta Langosteira para su planta de hidrógeno verde.

“Acercar el mar a los ciudadanos”. Es el eje sobre el que gravitan los proyectos de futuro para el puerto interior, que se centran en potenciar las mercancías limpias captando nuevos tráficos y potenciando la pesca y los cruceros, apoyar el ocio y el deporte náutico y generar nuevos espacios para el uso ciudadano.

El Puerto se prepara para una de las grandes transformaciones de su historia

Lo que se planteó como una solución para el problema del Parrote acabó convirtiéndose en una de las actuaciones más destacadas de los últimos años en materia urbanística, que sacó del frente marítimo el tráfico rodado y generó un espacio de más de 50.000 metros cuadrados que se ha convertido en una referencia no solo para el paseo y el deporte, sino también para la celebración de actividades de todo tipo. Solo en los meses de septiembre y octubre, el ámbito de Marina y O Parrote albergará más de veinte actividades recreativas, deportivas, culturales y de ocio, afianzándose como el espacio más demandado de A Coruña para la realización de eventos. Este es un ejemplo claro del potencial que tiene la fachada portuaria para usos públicos y pone de manifiesto la importancia de culminar el proceso de adquisición de terrenos portuarios por parte de las administraciones, asegurando así su titularidad pública y permitiendo una ambiciosa reurbanización que dará un vuelco al frente marítimo coruñés.

Mientras tanto, el tráfico de cruceros se reactiva tras el parón de la pandemia, con la previsión de alcanzar 30 escalas en este período de transición hasta final de año, y con la vista puesta en 2022. Se está trabajando en cerrar un calendario con el que se pretende recuperar los 15 millones de euros de retorno económico que generan los 170.000 cruceristas anuales que desembarcaban en la ciudad antes de la crisis sanitaria. Los esfuerzos por la recuperación también se centran en el tráfico de pesca fresca y marisco, en el que A Coruña no ha perdido su liderazgo a nivel nacional pero que también se ha resentido en este año y medio tan complicado. La pujanza de la Lonja se mantiene, pero el reto es que siga creciendo y generando puestos de trabajo para un sector estratégico en Galicia.