Cuando el pazo de Meirás (Sada) fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008, uno de los árboles de esta extensa propiedad ya llevaba un año protegido por la Xunta, que lo incluyó en el Catálogo Galego de Árbores Senlleiras. Con más de 17 metros de altura y una edad estimada de entre 100 y 125 años, el cocotero de Chile es uno de los ejemplares menos conocidos de los ocho de la comarca coruñesa (sin incluir A Coruña) que figuran en este catálogo.

De los ocho árboles senlleiros de la comarca cinco están en Bergondo, tres de ellos en el pazo de Mariñán y dos en fincas privadas; uno se encuentra en Sada; y dos, en Oleiros. El cocotero de Chile de la finca de la familia Franco figura como una de las palmeras de mayor tamaño de Galicia. Esta especie está en peligro de extinción en el mundo y no es muy corriente en territorio gallego.

El pazo de Mariñán tiene incluidos en el Catálogo de Árbores Senlleiras un madroño, una pacana de Illinois y un conjunto de eucaliptos de los que se dice que fueron los primeros que se plantaron en Galicia. También tiene unos mirtos y unos plátanos de sombra protegidos con otra categoría, la de formación senlleira. Estos elementos son quizá los más conocidos porque el pazo, perteneciente a la Diputación, se abre al público par visitas.

Fuera de Mariñán existe una espectacular y única secuoya de 30,5 metros de altura que la Xunta define como "una de las coníferas más hermosas de Galicia" y que se levanta imponente en el pazo do Casal, en Santa Marta de Babío. La base del tronco tiene 12,3 metros de perímetro. Se exhibe vigorosa a pesar de que hace años le cayó un rayo que le hizo perder ramas.

A poca distancia de esta especie se encuentra un tejo que se calcula que podría rondar los 200 años. Pertenece al antiguo pazo de Baldomir, hoy totalmente en ruinas. Está considerado el tejo más alto de Galicia con sus 17,40 metros de altura. Es también tan ancho que cubre una superficie de 385 metros cuadrados.

Parte de sus raíces fueron amputadas para construir un muro de cierre y separarlo de uno de los viales de la urbanización de lujo Baldomir. También le han talado varias ramas al sobresalir del muro y pequeñas acacias, una especie invasora, le rodean y amenazan.