Cientos de personas continuaron este fin de semana con la romería en honor a San Benito, en la parroquia cambresa de San Juan de Anceis, que celebró su jornada inaugural el pasado día 11 y solicitaron al santo, especialista en estas lides, la curación de verrugas y males relacionados con la piel.

Según cuenta la leyenda, para que San Benito cure las pequeñas protuberancias cutáneas, la persona afectada debe donar al santo velas, aceite, gallinas o pollos. También acepta donaciones en metálico. Pero si la pretensión es alcanzar una curación completa, es requisito indispensable, para que el santo se ponga manos a la obra, que los enfermos atraviesen un pequeño ventanuco situado en un lateral de la iglesia de la parroquia, con el objetivo de cruzar el umbral que separa el ámbito profano de la enfermedad del sagrado.

Y tras el ritual, llegó la fiesta. Para empezar, sesión vermú amenizada por Chingla e Salva, que continuó con una comida campestre a base de churrasco y pulpo, menú que hizo las delicias de los presentes. Y después, para bajar la comida, tocó el turnó del baile con el grupo Lume na lareira; las acordeonistas Sabela y Tamara y el niño Serafín, una nueva promesa de este instrumento. Pasadas las 21.30 horas comenzó el acto final del programa de las fiestas : la verbena popular, con la que los fieles de San Benito se despidieron del santo y de sus poderes hasta el próximo año.