La vida del gran Luciano Pavarotti era como una ópera en sí misma, y así lo recoge Ron Howard en su último documental, en el que redescubre al tenor a través de tres actos ahondando en los momentos y pasiones que cimentaron su leyenda. "Su vida tenía algo análogo a la propia lírica. En algunas de sus actuaciones, cuando cantaba, no se trataba solo de música, sino que había una relación emotiva", consideró ayer Howard durante la presentación de su cinta en la sección oficial de la XIV Fiesta del Cine de Roma.

El documental Pavarotti es un recorrido por la vida del tenor, por su esfera más intima, pero al mismo tiempo un sentido tributo a su legado, desde su llegada al mundo en Módena en 1935 hasta su fallecimiento en 2007. Y lo hace mediante entrevistas con 53 personas de su entorno, con mejoras sonoras de sus actuaciones más aclamadas y con material de vídeo inédito cuidado hasta ahora con celo por su familia. Una de las partes más interesantes llega al comienzo. Se trata de un vídeo que muestra al divo en 1995 adentrándose en la Amazonía siguiendo los pasos del tenor con el que tantas veces se le comparó, Enrico Caruso.