Desde que Bruce Willis anunció su retirada, y en concreto después de que se hiciera público que sufre de demencia, dirigentes tanto de distribuidoras cinematográficas como de cadenas televisivas del país han decidido mantener viva la presencia del actor en pantalla aireando algunos de los veintitantos subproductos que, seguramente en un intento a contrarreloj de ampliar su red de seguridad financiera antes de quedar completamente incapacitado para actuar, rodó de mala manera durante sus dos últimos años de profesión. Quizá crean que programar esas películas es la forma más adecuada de rendir homenaje a su protagonista, o tal vez las vean como una forma barata de hacer caja a costa de su enfermedad. En cualquier caso, a los fans más les vale saciar sus ganas de Willis rastreando las plataformas de ‘streaming’ en busca de los títulos de su carrera que más hicieron por él, y por nosotros. Estos cinco, por ejemplo.  

Bruce Willis en 'La jungla de cristal'. EPC

'La Jungla de Cristal' (1988)

John McClane es, sin duda, el personaje que siempre nos vendrá primero a la cabeza cuando pensemos en Willis, con los pies descalzos llenos de cristalitos, la camiseta imperio ensangrentada y el sarcasmo chorreándole de la boca. Un héroe reticente de manual, que preferiría pasar el viernes por la noche trasegando birras frente al televisor en lugar de hacerlo matando uno por uno a los terroristas que tienen a su esposa cautiva en lo alto del Nakatomi Plaza. Aunque cuando la rodó ya tenía una legion de fans gracias a la serie ‘Luz de luna’ (1985-1989), esta película lo convirtió en una estrella. A bordo de ella no solo cambió el curso de su carrera, sino el del cine de acción en general. ¡Yippie ki-yay!

Bruce Willis en 'Pulp Fiction'. EPC

'Pulp Fiction' (1994)

La oportunidad de trabajar con Quentin Tarantino -por entonces el nuevo chico de oro de Hollywood- en la piel de un boxeador que decide ganar un combate tras recibir dinero de la mafia a cambio de perderlo, debió de sentar a Willis como un regalo caído del cielo tras los sucesivos fracasos sufridos por culpa de ‘La hoguera de las vanidades’ (1990), ‘El gran halcón’ (1991) y ‘Billy Bathgate’ (1992). Es un personaje igual de tierno que de brutal. Lo vemos llamar a su novia “carita de fresa” pero también de hacer buen uso de una katana cuando dos fulanos lo secuestran con intenciones de violarlo.

'12 monos' (1996)

Willis no trabajó con muchos directores dotados de una sensibilidad tan singular como la de Terry Gilliam, y el exMonty Python logró extraer de él una faceta actoral hasta entonces oculta gracias a esta magnífica muestra de ciencia-ficción distópica, sobre un convicto mentalmente dañado que es enviado al pasado con la misión de evitar la propagación de un virus que acabará con miles de millones de vidas. Nunca antes se había expuesto emocionalmente tanto como lo hizo aquí, dando vida a un hombre que lucha con desesperación por su cordura y su vida, y tal vez nunca volvió a hacerlo.  

 

'El protegido' (2000)

Tras el éxito de ‘El sexto sentido’ (1999), el actor no se lo pensó dos veces a la hora de volver a trabajar con M. Night Shyamalan, esta vez en la piel de un hombre corriente, marido y padre fallido, que resulta no ser tan corriente después de todo. Se trata de una película adelantada a su tiempo, que deconstruyó el mito del superhéroe mucho antes de que ese tipo de personajes se convirtieran en una obsesión cinematográfica colectiva. Aquí, Willis percibe su condición de justiciero como una carga. Lo que él quiere salvar no es el mundo, sino solo su mundo.

Looper (2012)

Su última gran película. Dirigido por Ryan Johnson, en la piel de un asesino a sueldo que evita ser eliminado por una versión más joven de sí mismo -es complicado- antes de emprender su venganza contra quienes lo traicionaron, en ella Willis funciona como vehículo de interesantes reflexiones sobre el paso del tiempo, el destino y el libre albedrío y los efectos devastadores de la violencia. Un personaje lastrado por la melancolía, el arrepentimiento y la sensación de derrota, que trata de redimirse antes de que su existencia misma se desvanezca.