Los alarmistas son ellos. Los que ponen el grito en el cielo acusando a la sociedad civil de alarmista ante la Gripe A (es una pena, pero el nombre de Gripe Rara Esta no termina de cuajar). Son unos alarmistas cuando proponen que la tele ofrezca menos información de los casos individuales porque según ellos esto fomenta el alarmismo. No hay duda, los que se alarman porque dicen que los demás se alarman son unos alarmistas. ¡Unos alarmistas!

Los espectadores somos gente tranquila que se limita a ver cómo van contagiándose cada vez más personas. Todos los días. En todo el mundo. Y en nuestra provincia. Dios mío, y al lado de casa. Nos limitamos a constatar que estamos rodeados. ¡Rodeados! Y no tenemos escapatoria. ¡No tenemos escapatoria! Y en todo el mundo se van muriendo cada vez más infectados. ¡Cada vez más! Y en España también. ¡No hay ningún lugar seguro! ¡Cualquier persona con la que te cruzas por la calle puede ser la siguiente! ¡Y cae un enfermo detrás de otro sin que nadie pueda evitarlo! ¡Estamos perdiditos! ¡Perdiditos! ¿Es que nadie va a hacer nada? ¿Por qué nos abandonan a un destino tan cruel? ¿Por qué? ¡Medidas! ¡Pedimos medidas! ¡Sólo queremos que nos garanticen que nunca vamos a enfermar de nada ni nosotros ni nuestra familia! ¿Es tanto pedir? ¿Qué es eso de vacunar sólo a los grupos de riesgo? ¿Se quieren reír de nosotros haciendo que los únicos seguros sean los que corren riesgo? ¿Y los demás? Por ejemplo, ¿qué es eso de vacunar a los profesores y no a los alumnos? ¿No se dan cuenta del enorme peligro que se corre? ¿No saben que en Gran Bretaña estudian la posibilidad de que el Gobierno utilice la BBC para dar clase a los alumnos si se tienen que cerrar los colegios por la pandemia? ¿Se imaginan que aquí pasara lo mismo? ¡La tele repleta de programas culturales y educativos! ¡¡¡Repleta!!! ¿Se lo imaginan? ¡Y luego nos llaman alarmistas!