Jazztel, no me llames más a casa. Te lo suplico. Basta ya. ¡Qué coño "te lo suplico"!: lo exijo. Libérame de esta tortura. Tres, cinco, diez veces al día. Estoy concentrado escribiendo un sesudo artículo sobre Pekín Express (el de mañana), o cortándome las uñas de los pies, o entrando a casa con las bolsas de la compra y suena el teléfono: "Hola, buenos días. ¿El señor... eh... Antonio Rico? Encantada de saludarle. Mi nombre es Gladys María y le llamo de la compañía Jazztel". Y cuelgo, claro. El primer millón de veces escuchaba pacientemente la oferta antes de negarme. El segundo millón de veces ya me negaba antes de escuchar la oferta. El tercer millón de veces manifestaba mi hartazgo. Ahora cuelgo directamente. Y el maleducado seré yo, claro.

¿No han descubierto que las empresas tienen un magnífico medio de hacer llegar su información a sus potenciales clientes llamado "anuncios en la tele"? Ah, espera, si sí lo han descubierto... Si pones la tele y también te encuentras con campañas publicitarias de Jazztel que si tal ADSL así que si las llamadas asá. ¿Entonces por qué sienten la necesidad de llamarme al teléfono de mi casa a todas horas? ¿Qué les hace pensar que no veo la tele y no conozco lo que ofrecen o, mejor dicho, que no podría conocerlo si tuviera el menor interés? Si soy crítico de televisión...

En la inolvidada Seinfeld contaba el bueno de Jerry que, harto de recibir llamadas de este tipo, le explicó una vez a un teleoperador que no podía atenderlo en ese momento. "Pero si usted, amable teleoperador, me da su nombre y su propio número de teléfono, yo le llamaré en cualquier momento que no espere para que me explique su oferta". El pasmado trabajador al otro lado de la línea se negó a darle sus datos personales. "O sea", concluyó el gran Jerry Seinfeld, "que usted no quiere que yo le llame a su casa pero usted no para de llamar a la mía, ¿verdad?". Éste es el plan que les propongo a los lectores que se encuentren en mi misma situación. Y ahora perdonen que termine este texto de forma tan brusca: me están llamando al teléfono fijo de casa.