Desayuna todos los días con los datos de las audiencias, que considera "una herramienta de trabajo formidable", prefiere hablar de televisión de bajo presupuesto que de telebasura y sostiene que el mando a distancia ha hecho libre al telespectador. La gallega Carmen Domínguez, directora de Españoles en el mundo (La 1), distinguida por su trayectoria profesional con uno de los Premios Talento de la Academia de Televisión, comenzó como reportera en el medio televisivo en 1975 y ha sido subdirectora de espacios tan emblemáticos como Metrópolis.

La televisión le apasiona y critica que a ciertos programas se los denomine telebasura. "Prefiero hablar de televisión de bajo presupuesto porque no hablamos de moda basura cuando nos referimos a la moda barata o vuelos basura cuando hablamos de vuelos de bajo coste", razona la periodista.

En su opinión, y a pesar de este tipo de espacios, la televisión es "aparato formidable" que informa, forma, divierte y entretiene. "Al contrario de lo que se suele decir, el mundo es mejor gracias a la televisión", sentencia Domínguez, que recuerda además que el telespectador tiene la potestad de elegir lo que desea ver en cada momento. "El mando a distancia nos ha hecho libres", afirma.

Para Domínguez, la televisión es el "espejo retrovisor" de la sociedad. "También vivimos en una sociedad muy low cost y quizá todo tienda a ser cada vez más efímero", comenta.

La televisión ha sido, sin duda, el medio de comunicación que más rápidamente ha cambiado y Domínguez ha sido testigo de ello. "Cuando comencé sólo había dos canales: la primera cadena y el UHF", recuerda. La primera revolución del medio la protagonizaron las televisiones privadas. Con ellas apareció el fenómeno de la competencia, que repercutió también en la propia forma de trabajar de los informadores, y las famosas audiencias que tanto traen de cabeza a profesionales y directivos del sector. Después irrumpieron las autonómicas y más recientemente las de pago y la TDT.

"Hoy es impensable que el último capítulo de una serie tenga más de doce millones de telespectadores -reconoce Domínguez refiriéndose a Farmacia de guardia-. Ahora, tener 3,5 millones ya es la bomba y tal vez sólo el fútbol sea capaz de congregar a ocho o nueve millones de personas delante del televisor".

Internet ha sido el último en sumarse a este cambio. "Ahora el espectador puede ver el programa que quiere cuándo y dónde quiera en su ordenador", asegura. Por ello, la televisión es un medio condenado a renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos, como tendrá que hacer la propia TVE cuando suprima la publicidad. "Una televisión sin publicidad es un reto, pero TVE tiene un gran músculo y aunque va a ser una transición difícil, confío en que la superará y continuará siendo un referente", manifiesta.

Su último trabajo

Domínguez, que dirige Españoles en el mundo, uno de los programas estrella de TVE, asegura que este proyecto llegó en un momento de su vida en el que necesitaba volver a la "actividad diaria" tras varios años desempeñando tareas ejecutivas.