La 32 edición de los premios Goy pasará a la historia por la reivindicación de las mujeres para obtener la igualdad salarial y de estatus dentro de la industria cinematográfico. Los abanicos rojos y lemas como #MÁSMUJERES marcarán el recuerdo de esta edición, como las protestas contra la guerra de Irak lo hicieron con la gala de 2003.

También se recordará que fue la edición en la que las tres películas más premiadas están dialogadas en vasco (Handia), inglés (La librería) y catalán (Verano 1993). Pero en medio de las reivindicaciones y de la heterogeneidad cultural, un coruñés alcanzó la gloria: el actor ferrolano Javier Gutiérrez. Su papel como escritor frustado en El autor le permitió llevarse a casa su segundo Goya al Mejor Actor Protagonista.El triunfo estaba poco menos que cantado. Favorito en todas las quinielas, ni siquiera la presencia entre los nominados de Javier Bardem y de Antonio de la Torre parecía hacer peligrar su estatuilla. Se trata del segundo Goya que logra en la misma categoría y que se suma al que ganó con La isla mínima en 2014.

En su discurso, también quiso recordar a todos los responsables de la industria cinematográfica que aún sigue habiendo una gran brecha: "Este oficio es muy hermoso, pero también muy cruel, por eso quería dedicárselo a los compañeros que no solo no tienen la suerte de recoger premios, sino que ni siquiera les suena el teléfono y no tienen la mínima posibilidad de demostrar su talento, animo y paciencia".