Javier Calvo y Javier Ambrossi vieron a Ana Rujas en la obra La mujer más fea del mundo, que la actriz había coescrito y protagonizado, y nada más salir del teatro supieron que tenían que proponerle hacer un proyecto con Claudia Costafreda, guionista y directora con la que habían trabajado en Veneno. Estaban convencidos de que ambas podrían hacer un buen tándem para desarrollar una historia que removiera al público.

Ellos ejercerían como productores, involucrándose en muchos aspectos creativos y acompañándolas y asesorándolas en todo el proceso, pero sin interferir en la trama que ambas quisieran contar. El resultado es Cardo, serie que Atresplayer Premium estrenó el pasado domingo y que resulta ser una ficción cruda, muy explícita en las escenas de drogas y sexo, que aborda el vacío existencial de una treintañera a la que un accidente aboca a una espiral de autodestrucción. “Ese vacío lo he sentido en algún momento de mi carrera y tenía la necesidad de contarlo, aunque he visto que recoge el dolor de más personas”, explica Rujas, que se reserva el complicado papel de María, la protagonista, que por su deriva hacia al abismo podría recordar a la Rue de Euphoria, en versión cañí.

Su personaje usa el sexo y las drogas para evadirse, cayendo en los excesos que irán complicando su vida. La serie es muy explícita en esas escenas, con varios desnudos integrales. “Estamos comprometidas con la forma que creemos que es la mejor para contar la verdad. Por eso era absurdo censurar”, dice Costafreda. “Tenemos que normalizar los cuerpos, los genitales, el sexo, y eso no tiene que ser obsceno o estar fuera de lugar, sino que es una realidad”, recalca.