La serie Madres, amor y vida ha vuelto con una cuarta temporada, disponible en Amazon Prime Video desde el pasado viernes, y que posteriormente emitirá algún canal de Mediaset. Llega con un giro de timón, un cambio de rumbo de la mano de Olivia (la actriz Aida Folch) que deja la especialidad de pediatría que tantas alegrías y disgustos le había dado para comenzar con un MIR de cirugía.

Allí descubrirá otro mundo y un grupo de compañeros jóvenes que le harán recuperar sus ganas de divertirse y que protagonizarán tramas que pueden atrapar al público juvenil. Huyendo de las madres (que no de los niños), el principal escollo que tenía que salvar a diario la pediatra, emprende una nueva especialidad que no le pondrá fácil Blanca, una adjunta dura y amable desde la distancia, que interpreta la también presentadora Nuria Roca.

“Tienes que ser muy contundente para guiar a los residentes y enseñarles el camino para ser cirujano”, explica la actriz. “Pero, sí, soy dura con ellos y un pelín borde”, admite. Embarcarse en unos nuevos estudios, siendo madre soltera, le hace aún más difícil a Olivia el tema de la conciliación. “Además, en esta temporada vuelve Simón (Alain Hernández), el padre de la niña, a por la custodia compartida” cuenta, lo que lo complicará todo aún más.

Por otro lado, se encuentra con compañeros más jóvenes, Almu (Belén Écija), Mikel (Eric Masip), Sandra (Júlia Molins) y Gabriel (Álvaro Rico), lo que le hará replantearse su vida. “Le servirá de espejo y se dará cuenta de que quiere vivir un montón de cosas que se ha perdido debido a la responsabilidad al ser madre y pediatra, e intentará ser más flexible”.