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Chelo García-Cortés pasa a trabajar como pescadera tras el fin de Sálvame

La colaboradora intenta reinventarse en el mercado laboral ante el inminente final de 'Sálvame'

Chelo García-Cortés pasa a trabajar como pescadera tras el fin de SálvameTELECINCO

Tras elanuncio del fin de 'Sálvame', que terminará el próximo 23 de junio, muchos de sus colaboradores están buscando alternativas tras más de una década en el programa de televisión. Algunos ya han encontrado nuevas opciones, como el nuevo proyecto de Belén Esteban o el cambio de cadena de Kiko Hernández.

Otros, sin embargo, están teniéndolo más complicado y parece que volver a buscar en el mercado laboral después de tanto tiempo les está pasando factura. Por ello, el propio programa está animando a sus colaboradores a buscar oportunidades lejos de su actual profesión y, por ello, desde 'Sálvame' están haciendo coberturas especiales para ver cómo le va a cada uno de los tertulianos en sus nuevas aventuras.

Chelo García-Cortés aprende a limpiar pescado

Este miércoles fue turno de Chelo García-Cortés que ha decidido probar suerte en el mundo de la pescadería y está aprendiendo a limpiar el pescado. Por sorpresa, 'Sálvame' emitió cómo Chelo estaba empezando a quitar sus primeras espinas. "Ella no sabe que la estamos viendo en este momento, es lo que nosotros llamamos una conexión espía", contaba Terelu Campos mientras, de fondo, se escuchaba a la colaboradora hablando con su nuevo jefe.

"Estoy limpiando boquerones porque hay una señora que me ha pedido medio kilo de boquerones", le decía Chelo García-Cortés mientras retiraba espinas y celebraba sus avances a base de práctica.

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Sin duda, tiene que ser un gran cambio para ella estar pasando de un plató de televisión a una pescadería, con lo difícil que es estar detrás de un mostrador, limpiar pescado y atender al público. Chelo García-Cortés parecía tomárselo con humor, valorando el aprendizaje e incluso bromeando sobre lo que se le venía: cortar un salmón con un cuchillo enorme. "Esto es la matanza de Texas", decía ante los comentarios de sus compañeros, que, medio en broma medio en serio, se compadecían de sus nuevos jefes e incluso de la clientela entre risas.

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