A raíz de su participación en Cuéntame cómo pasó, que está a punto de finalizar tras 22 años en antena, Juan Echanove desarrolló después con su hermano en la serie, Imanol Arias, un nuevo programa: Un país para comérselo. En él, ambos actores recorrían España descubriendo las delicias gastronómicas de las diferentes comunidades, su naturaleza y su cultura. Sin embargo, no todo era tan idílico como después aparecía en pantalla, tal y como ha revelado el propio Echanove en una entrevista en Cope.

De hecho, el protagonista de títulos televisivos como Turno de oficio, Desaparecidos y Memento mori recuerda que “no disfrutaba prácticamente nada” del rodaje. “Teníamos que rodar en cuatro o cinco jornadas de rodaje a lo mejor toda una provincia y hacíamos bastantes horas en furgoneta, siempre pendientes del horario de la luz”, rememora.

El actor ha explicado la cara B del rodaje: “Todo aquello que luego se ve en pantalla, que es disfrute, hedonismo, pasión por el territorio y por el producto, para nosotros era continuamente tener que grabar a una señora haciendo una croqueta. Pues cinco cámaras grabando las croquetas y una haciendo recursos de la bandeja, pero yo me comía media croqueta, Imanol la otra media y nos metían en la furgoneta y nos íbamos al siguiente contenido”, ha señalado. Tampoco llevaba demasiado bien lo de comerse a las ocho de la mañana un pote asturiano o un cocido gallego, aunque entiende que la percepción del público fuera muy distinta: “Pero está bien. Al final la gente lo que le empatiza y lo que mueve la televisión es la sensación de placer”. Además, es consciente de que todo formaba parte del trabajo.