El próximo 20 de diciembre se cumplen 50 años del asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, que murió víctima de un atentado de ETA cuando ejercía como presidente del Gobierno en la España franquista de 1973. El magnicidio tuvo importantes consecuencias en la deriva del régimen, pero nunca se dictó sentencia y, a día de hoy, todavía genera todo tipo de interpretaciones que resaltan los errores en la investigación, los fallos cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado y la desaparición y manipulación de documentos. Movistar Plus+ analiza los claroscuros del caso en la docuserie de tres episodios Matar al presidente, que estrena hoy y que mantiene una estructura casi de película de espías. Si en EE UU todavía hay especulaciones sobre el asesinato de JFK, en España tenemos la versión patria con Carrero Blanco.

Mezclando testimonios, recreaciones dramatizadas y material gráfico, este trabajo producido por 100 Balas (The Mediapro Studio) desgrana las diferentes teorías existentes sobre el caso. “ETA no pudo matar a Carrero sin ayuda”, “Carrero era un obstáculo político para casi todos”, “Parece que los terroristas fueron protegidos” se escucha decir a algunos de los entrevistados, entre los que hay periodistas de investigación (entre ellos Tim Weiner, ganador del Pulitzer), exmiembros de ETA, exespías del CESID, el exministro del Interior Rodolfo Martín Villa, el nieto de Carrero Blanco, historiadores y Mikel Lejarza, El Lobo, exinfiltrado en ETA.

“Todos querían muerto a Carrero Blanco. Se dejó hacer y luego se echó tierra encima”, se oye en un audio de su hija. “En mi opinión existen demasiados fallos y de ahí parte mi obsesión por contar esta historia. Soy de los que piensa que tantos errores pueden esconder algún tipo de interés”, afirma Eulogio Romero, director, guionista y productor ejecutivo de Matar al presidente. “Hay personas que aún tienen miedo de hablar 50 años después. Es algo que llama mucho la atención. ¿Por qué y de quién tienen miedo? Es algo que me sorprende, tanto como el silencio que guardó ETA desde entonces. ¿Por qué los implicados del atentado nunca han hablado, si supuestamente estaban tan orgullosos de lo que habían hecho?”, agrega.

Entre las teorías que aborda la docuserie están la existencia de una conspiración dentro del propio régimen y las sospechas que apuntan a la CIA y a los intereses de EEUU respecto al futuro de España. “Pero es el espectador el que tiene que sacar sus propias conclusiones, porque muchas de las teorías y conspiraciones no están demostradas”, recalca Alejandro Flórez, uno de los productores ejecutivos.