El puerto de Barcelona recibe anualmente 70 millones de toneladas de mercancías. En 2023, se incautaron 10.000 kilos de cocaína ocultos en contenedores procedentes de todo el mundo, pero se calcula que esta cifra no representa ni el 10% de la droga que entra, lo que convierte la capital catalana en una de las puertas más importantes en Europa para el negocio del narcotráfico. Lluís Quílez, el director de la película Bajocero, llevaba un tiempo pensando en desarrollar una historia en torno a una familia y una organización criminal y, cuando descubrió estos datos lo tuvo claro: la ambientaría en el puerto de Barcelona, su ciudad natal. El resultado es Mano de hierro, serie que hoy estrena Netflix.

El título hace referencia a su protagonista (Eduard Fernández), tanto en sentido literal como figurado. El personaje, Joaquín Manchado, es el propietario de la principal terminal del puerto, una posición que aprovecha para lucrarse montando un entramado para facilitar la entrada de cargamentos ilegales escondidos entre la mercancía rutinaria. Le falta una mano, así que luce una prótesis ortopédica, pero también maneja con mano de hierro a su familia y a sus empleados en la red criminal, a los que interpretan un elenco de lo más potente: Chino Darín, Sergi López, Enric Auquer, Jame Lorente y Natalia de Molina.

La desaparición de un importante cargamento de cocaína desencadenará una cruenta guerra plagada de asesinatos y dará inicio a este thriller cargado de acción, venganzas y traiciones. “Hemos tomado ideas inspiradas en la realidad, de casos de estibadores, de agentes de aduanas y de policías infiltrados, pero es una historia de ficción”, aclara Quílez.