Como este es un país de bandazos, hemos pasado de santificarlo todo a querer laicizarlo todo, si se me permite la expresión. Y lo que es peor aún, a judicializarlo todo recurriendo a los tribunales para cualquier cosa. Digo esto porque he leído que el TSJ de Madrid ha desestimado la demanda de un agente de la Guardia Civil para que fuese retirada de la casa cuartel de Almodóvar del Río (Córdoba) una imagen de la Virgen del Pilar que, como es bien sabido, es la patrona del benemérito cuerpo desde su fundación por el Duque de Ahumada (más conocido como El Caimán por la ferocidad de su carácter y lo verde de su atuendo). En otros tiempos, una cosa así sería impensable, y el denunciante hubiera sido detenido de inmediato y apartado del servicio. La Virgen del Pilar, además de patrona de la Guardia Civil, figuraba (y creo que aún figura) en el escalafón del Ejército con categoría de Capitán General. Los otros tres militares profesionales que comparten con ella ese honor son Francisco Franco y Agustín Muñoz Grandes, nombrados en vida durante la dictadura, y José Gutiérrez Mellado, que lo fue a título póstumo ya en la etapa democrática. La belicosidad de las Vírgenes y de los Santos españoles está bien acreditada y son muchos los que han bajado del cielo para ponerse al frente de las tropas cristianas y salvar a la patria de las garras de la morería, de los franceses o del comunismo. Al parecer, el agente alegó que "un icono de tipo religioso (así, de forma despectiva, aludía a la imagen de la Virgen) estaba colgado ostensiblemente en un lugar de uso obligado y común" y que tal exhibición hería su sensibilidad y "vulneraba la libertad ideológica, religiosa y de culto", que ampara la Constitución española. Pero estos argumentos no convencieron al alto tribunal madrileño y la demanda fue desestimada. Según la escueta redacción de la noticia que pude leer en la prensa, en opinión de los magistrados, la presencia de la estatuilla de la Virgen del Pilar "responde a una tradición histórica" y, ademas, no está entronizada "en un lugar de uso común sino en un pasillo que comunica el vestíbulo con el resto de las dependencias". Por último, señalan que el agente demandante carece de "legitimación activa" para pedir la retirada de la Virgen por cuanto no presta servicio en ese cuartel aunque él afirma que lo visita frecuentemente por motivos laborales. Es una pena que ya no exista aquella revista satírica que se llamó La Codorniz y no puedan hacerse cargo de este caso en su famosa sección "La cárcel de papel", con sus divertidísimos considerandos y resultandos. Vista desde una cierta distancia, la sentencia del TSJ de Madrid tiene ribetes "codornicescos". Apelar a la tradición histórica para justificar cualquier actuación es muy peligroso. Antes de la Constitución, un cúmulo de barbaridades eran desgraciada tradición histórica entre nosotros. En cuanto a si un pasillo que comunica un vestíbulo con el resto de las dependencias es o no de uso común también parece de traca. Por supuesto, tan de traca como la pretensión del demandante de sentirse ofendido por la presencia de la Virgen del Pilar. Recientemente, el Rey y las más altas dignidades del Estado estuvieron en Compostela para pedirle cordura en la gobernación de España a la imagen del Apóstol Santiago. ¿Dónde denunciamos eso? ¿Ante el TSJ de Madrid o ante el psiquiátrico?