La boleada ciudadana se echó a la calle -rara vez lo hace, ni se le convoca- en apoyo del comercio local, víctima de la desidia de que es objeto por parte del Ayuntamiento de La Coruña. La política municipal, tan errática como improcedente, ha contribuido al cierre de millares de establecimientos con el consiguiente aumento del paro, y ha quebrantado los hábitos de los consumidores, aficionados a la cómoda libertad breviaria. La marcha de los minoristas sobre María Pita sirvió para constatar la falta de liderazgo del alcalde Losada, que ha sacrificado la compostura, y los principios, por el bastón de manto, y ha perdido peso político y sentido democrático para instalarse en la irrelevancia. Su reacción ha sido escabullirse, por enésima vez, y esquivar las protestas del vecindario, hastiado de quienes, gobernando desde hace varios lustros, son los únicos responsables de los anacrónicos despropósitos que padecemos. El Sr. Losada, como un gobernante al revés, en lugar de considerar las demandas de los desesperados comerciantes, ha tenido el tupé de criticarlos públicamente. En este asunto, la Cámara de Comercio merece una parrafada. Apoyó la protesta, pero no se hizo visible. De nuevo se acentúan las dudas sobre si es necesaria una institución tan poco funcional, cuya afiliación obligatoria, antigualla poco democrática, está a punto de abolirse. De cara a las elecciones, una comisión municipal, con la Sra. Marón al frente, se reunió con los vecinos del Agra del Orzán, importante bolsón de votos, para analizar sus problemas que, según dijo la concejala, datan de los años 60-70. Acordarse ahora, tras casi medio siglo de gobierno socialista, demuestra la indolencia de estos dirigentes, incapaces además de justificar la utilidad de volverles a dar el voto. La visita al Agra del Orzán, como diría Zapatero, ha constituido "una ausencia positiva de realidades". La paleontología municipal, que encarnan la propia Sra. Marón y los señores Moreda, Nogueira, González Garcés, etc., evidencia su falta de energía creadora. La experiencia ciudadana les exige merecido descanso.

Nuestro alcalde padece amnesia. Proclama: "La Coruña abanderó la fusión de las cajas" -o sea él-, y que "todos aquellos que han puesto obstáculos y estuvieron en contra de la fusión deberían reflexionar" -es decir, el líder socialista gallego, Pachi Vázquez, y Gaspar Zarrías, entre otros-. Abel Caballero lo hizo, pero para quedarse finalmente con el santo y seña de la caixa galega. La Coruña ha perdido buena cuota de gestión económica, pero ya sabemos que "lo que es bueno para Vigo es bueno para La Coruña y para Galicia", Losada dixit.