Los recién presentados Presupuestos del Estado, los más restrictivos de la democracia, centran claramente la prioridad de las inversiones en A Coruña en la conclusión de las infraestructuras pendientes, a las cuales dedica 100 millones de euros. Las principales partidas van destinadas al puerto exterior, con 51 millones para las nuevas instalaciones de la dársena de Langosteira, el acceso por carretera y el estudio de la conexión ferroviaria; el tramo de la tercera ronda entre As Lonzas y A Zapateira, con 29 millones, y las expropiaciones de AENA y la ampliación de la pista de Alvedro, con algo más de 19 millones.

El resto de las inversiones se reparte en cantidades prácticamente simbólicas que deja para futuros ejercicios la financiación del grueso de otras obras importantes que la ministra de Fomento, Ana Pastor, prometió sacar adelante en su primera visita oficial a A Coruña, precisamente en vísperas de la presentación de las cuentas del Estado. Es el caso, por ejemplo, del Vial 18, el proyecto para conectar entre sí la circunvalación, la autopista AP-9 y el aeropuerto de Alvedro, para el que Fomento reserva apenas un 2% de la financiación necesaria, o la ampliación de Alfonso Molina, a la que se destinan 150.000 euros.

Los Presupuestos han sido recibidos en María Pita con el habitual reparto de papeles. El Gobierno local subraya la apuesta del Gobierno del PP por A Coruña mientras la oposición los interpreta como una falta de compromiso. Hay que reconocer que la inversión del Estado este año se centra en las cuestiones más urgentes. La conclusión de la tercera ronda, una actuación que se viene arrastrando desde hace una década, supondrá una mejora indiscutible en la calidad de vida de los coruñeses, que tienen en los accesos a la ciudad un verdadero infierno cotidiano. La inyección al puerto exterior es igualmente fundamental para el futuro económico de La Gran Coruña, si bien una actuación crucial para la viabilidad de la dársena, su conexión con la red ferroviaria, se recoge este año con una mínima inversión de 232.000 euros para elaborar su estudio. La estación intermodal, que acogerá la terminal del AVE, otro de los grandes proyectos para la ciudad, carece de una partida específica y figura en un apartado reservado con cinco millones para el estudio de todas las intermodales gallegas, que no estará finalizado hasta agosto, con lo que cualquier decisión presupuestaria se aplaza como mínimo hasta 2013.

El Gobierno local interpreta que la inclusión de esas obras, con cantidades simbólicas, supone un compromiso de que se ejecutarán en plazo. Por la misma razón, la absoluta desaparición en las cuentas estatales de 2012 de la regeneración de la ría de O Burgo resulta llamativa y preocupante. La ría coruñesa no tiene consignado ni un solo euro en las cuentas del Ejecutivo, a pesar de que su regeneración lleva ya años comprometida. El siempre postergado saneamiento de la ría fue durante los últimos años la víctima propiciatoria del enfrentamiento político entre el Ayuntamiento, la Xunta y el Gobierno. Y para muestra de lo nefasto de tal proceder, un botón: el millón de euros que se consignó en los Presupuestos de 2011 no se ejecutó por discrepancias con el Gobierno gallego, y ahora desaparece. Dado que las tres administraciones implicadas están ahora en manos de un mismo partido, el PP, no caben ya más disculpas para abordar de una vez la cuestión.

El escandaloso deterioro de la ría, pendiente de una inspección europea, afecta a la calidad de vida de 400.000 coruñeses residentes en sus riberas, merma el sustento de muchas familias y frena un enorme potencial turístico pendiente de explotación. Con la que está cayendo, es fácil suponer las dificultades del Gobierno para establecer las prioridades inversoras. Lo difícil es comprender que haya desaparecido la partida destinada a la regeneración de O Burgo. Y, dado que las cuentas aún no están definitivamente aprobadas, quizá merezca la pena esforzarse en ir más allá de una declaración de compromiso e intentar que, aunque sea con una partida testimonial, se la incluya en los Presupuestos. Porque lo que no aparece en el BOE o el DOG no existe, como les gusta sentenciar a los políticos, y el deterioro de la ría de O Burgo es una realidad tan sangrante que nadie puede olvidar.