Buenos días, metida la directa ya del mes de mayo, al que no le queda mucho? Después vendrá el verano que pasará, como siempre, aún más aprisa. Y cuando nos demos cuenta, si tenemos la suerte de contarlo -ojalá- vuelta a comer el turrón? Y si no, ya verán? El tiempo pasa y desgrana las oportunidades únicas e irrepetibles que nos brinda cada día, mágicas precisamente porque llegarán y, con el ocaso, no volverán. Es el lema utilizado por los escritores románticos ingleses, que incidieron en la necesidad de vivir el momento y cultivarlo, más allá de las promesas indefinidas de futuro o los ecos de un pasado que ya no está? La literatura que, como siempre, nos da sabios consejos sobre la vida?

Y fíjense, hablando de literatura hoy también ha sido un día importante. Por un lado, celebramos las Letras Galegas, dedicadas en esta ocasión a Roberto Vidal Bolaño, autor al que ha ido especialmente dedicada esta jornada, y al que he tenido la suerte de conocer y de leer. Una celebración, el 17 de mayo, que en Galicia implica cultura y literatura, tradición y futuro de un pueblo en marcha? Algo que tiene que ver con un sentimiento de transcendentalidad como colectivo que complementaría la idea del inexorable paso del tiempo, de esos días, horas, minutos y segundos que se nos van. La literatura es inmanente, y su magia llegará, en un futuro, cuando no estemos aquí.

Pero también el 17 de mayo es la fecha internacional en la que se combate la homofobia y la transfobia. Una celebración importante, habida cuenta de la cantidad de personas que aún sufren en el mundo debido a la intolerancia en materia de orientación sexual. Un ámbito en el que queda mucho que construir, como podrán conocer ustedes si participan estos días en los diferentes actos que se celebrarán en la ciudad en relación con este día, algunos auspiciados por el Ayuntamiento y a los que les invito expresamente.

Les cuento una tercera cosa aún, antes de despedirme, que supongo que tiene que ver con lo que les contaba en el párrafo inicial sobre el paso del tiempo. Estoy llegando de Guitiriz, donde terminó la primera etapa de un amigo que ha empezado un peculiar viaje, en bicicleta, en solitario, y con destino al Annapurna, en Nepal. Ciertamente, se vive sólo una vez, y si uno siente la oportunidad de ver mundo con mayúsculas, y aprovechar para echar una mirada al interior de uno mismo, un reto como este es especial? ¿O no? ¡Ánimo, Rafita, que por tus ojos muchos podremos conocer realidades que nos cautivarán?!

Lucha contra la homofobia, cultura en clave de Galicia y nuevas miras, que marcarán indeleblemente la vida del viajero. Un cóctel sin duda sugerente que ha conformado un festivo con nombre propio, que hoy termina -como todos los días que se van- y que dará paso a un nuevo día. Pero ese será mañana. Una nueva oportunidad de conocer y descubrir, aprender y construir. Allá vamos, con ese sentimiento de vértigo de ir viviendo un día tras otro, encadenados, sin recordar apenas el principio y cabalgando hacia el final, y con la serenidad -al tiempo- de hacerlo con ustedes y asomarme a esta ventanita para compartir, reír y, supongo que a veces, llorar?

Feliz 18 de mayo, que lo que tiene de bueno es que va después del 17.