E el vodevil político que se vive en España, Galicia apenas si ha podido musitar un quejido, con permiso de Podemos, que también se reservó el turno de réplica. Galicia no puede continuar siendo un país de perdedores por el extravío de los partidos vernáculos y la subordinación de las dos grandes fuerzas políticas a sus terminales. Nuestra política regional tiene demasiadas nebulosas que las formaciones emergentes no han aclarado por no haberse integrado en la vida local, ni haber sido capaces de generar el crédito imprescindible, hechos que nos privan de pedirles lo que no está a su alcance. La marejada ha sido utilizada por el alcalde de Vigo y titular de la Fegamp, para señalar que "La Coruña y Santiago, sus Ayuntamientos, están hechos unos zorros". Por su parte, un periódico compostelano afina sus dardos contra Martiño Nogueira, con titulares tan significativos como "Santiago necesita un alcalde de verdad" y puntualiza el hecho de haberse reservado 6 millones de euros para la Alcaldía, es decir, el doble de su antecesor. Los grandes partidos siguen a su bola, en cierta medida porque no amanecen figuras con arrastre. PPG y PSG siguen sin cambiar de mensaje, lejos del manual partidario, embargados por la controversia sistemática, entre la arrogancia y la doblez socialdemócrata. Unos y otros, peperos y socialistas, rehúyen la articulación de un discurso sólido y creíble. Frente al populismo "progresista" de Podemos y sus mareas (en bajamar), asoma la flauta con su barretina el oportunismo "progresador" de Ciudadanos, cuya filosofía no consiste en gobernar, que desgasta, sino afinar la cuquería seny de ayear el poder.

Otrosidigo

Doña Mar Barcón, jefa del socialismo municipal, responsabiliza al gobierno de Don Xulio de "paralizar la ciudad". La acusación es un rasgo lastimero de la doblez de la plastilina socialista, responsable, a fin de cuentas, de aupar y de sostener a la marea al frente del Ayuntamiento coruñés.