Mientras Iglesias y los suyos siguen dando que hablar, y solo dando que hablar, el gobierno avanza en sus negociaciones para aprobar los Presupuestos, como se sabe, pieza fundamental para el año que llevamos más que empezado y para los venideros. Presupuestos expansivos cuya aprobación ha pactado ya C´s a la espera de que se sumen, previo pago del importe que fijen a su voto claro está, PNV y los canarios de Coalición y Nueva Canarias. Es lo que tiene la tan disfuncional fragmentación de la representación nacional, que los grupos y grupúsculos dedicados exclusivamente a la defensa de su interés particular se hacen fuertes y un par de diputados parecen cien. Así están las cosas. Rivera, siempre el primero ante las cámaras, reconoce ingenuo que el resultado de la negociación ha sido mejor de lo esperado. Alguien debería decirle a Rivera que no presuma demasiado porque la rápida generosidad de Rajoy evidencia que para asegurar el apoyo de C´s a los Presupuestos el presidente estaba, en realidad, dispuesto a darle bastante más. Sorprende, además, que C´s, simplemente liberal tras el reciente abandono del gen socialdemócrata en su ideario, se desmelene por el gasto social. Buenas noticias sobre los Presupuestos, sobre la oferta pública de empleo, el cumplimiento del déficit y las previsiones de crecimiento para este año. Y buenas noticias sobre financiación autonómica. Hay críticas de unos o de otros, como es lógico y pasa siempre, pero, salvo Podemos y asociados que viven en las nubes, pocos niegan ya que algunos aciertos ha tenido la política económica del gobierno. Le preguntaban a un ya fallecido profesor santiagués por el autor de la catedral de Compostela y solía contestar diciendo que a catedral fixerona os canteiros y la construcción de las pirámides recayó sobre los esclavos del faraón. Claro que la recuperación ha de atribuirse a los ciudadanos en conjunto, digámoslo así sin entrar en detalles, y a los factores externos, pero algo habrán tenido que ver las decisiones económicas del gobierno. Ha tardado en verse la luz de la salida del túnel pero ya estamos en ella y como la lluvia fina ya va calando la opinión de que no se han hecho tan mal las cosas. Como va calando también la opinión de que con los independentistas de Cataluña la posición de Rajoy, hacia quien también se dirigen críticas fundadas pero sobre todo de las otras, ha sido la más adecuada. Me decepcionaron, como a muchos, las blandas sentencias condenatorias a Mas y Homs pero lo que importa es que parece que la locura va enfriándose. Muy buena noticia. De nuevo el acierto de Ortega al decir, pronto hará un siglo, que en este asunto solo cabe aspirar a la conllevancia. Aceptémoslo y a otra cosa porque con los mimbres que hay no se puede pedir más. Los políticos nacionalistas de Cataluña antes respetados más que temidos han quedado muy por debajo de sus predecesores, los que hicieron a Cataluña la región puntera y más civilizada de España sin poner en cuestión su pertenencia a la familia común. Y celebremos que, ya era hora, algunos constitucionalistas no nacionalistas de Cataluña han decidido por fin salir a la palestra criticando la deriva de estos últimos años aunque alguno, sin embargo, siga con la historia esa de la reforma constitucional y el posible encaje del referéndum para que los catalanes se sientan más a gusto. Historias para prolongar el enredo.

Y el PSOE a verlas venir, desperdiciando la ocasión de condicionar, ellos sí con plena coherencia, su apoyo a los Presupuestos a cambio de un aumento del gasto social mayor que el concedido a Rivera. A veces toca el no es no, a veces el sí pero no y sigue el desconcierto. Y así hasta las primarias de mayo o el congreso de junio.