Al principio de la tarde del 26 de abril del 1937, ahora hace 80 años, varios biplanos nacionales sobrevuelan Guernica, como en labores de intimidación y observación, si bien un Heinkel HE 51 alemán deja caer 6 bombas como adelanto de la inminente llegada de un bimotor Dornier DO-17, también alemán, que a las 16.30 da dos pasadas descargando 12 bombas explosivas de 50 kg cada una.

Es el inicio del infierno, allí se desatará, y del que poco hemos aprendido porque se sigue matando a la población civil como técnica bélica sea en Guernica, en Lídice, Dresde, Hamburgo, Hiroshima, Sarajevo, Alepo, o recientemente en Jan Sheijún (Siria) con un gas tóxico. Es decir, el drama de masacrar a la población civil continúa.

En el caso de Guernica, la existencia de un par de talleres de armamento y de tres batallones de gudaris en el pueblo es la disculpa después aireada para arrasar la población. Con precisión bien planeada, cinco minutos después del Dornier aparecen 3 trimotores italianos Savoia SM-79 que siembran un reguero de muerte con 36 bombas de 50 kilos que agrietan estructuras y revientan edificios sin ton ni son.

Durante hora y media se prodigan en Guernica labores de salvamento entre los escombros, creyendo haber pasado el ataque, craso error pues lo peor está por llegar ya que a las 18 horas de aquel fatídico lunes dos bimotores alemanes Heinkel He-111, que aquí luego llamaremos Pedros, trazan un pasillo mortal con más bombas, algunas de hasta 250 kilos. Pero el remate final llegará media hora después con un enjambre de trimotores Junkers-52, también alemanes, con más bombas explosivas y las terroríficas incendiarias cuyo líquido inflamable se cuela por las grietas. Guernica se convierte un inmenso brasero. A todo esto escuadrillas de cazas Fiat CR, los populares biplanos Chirri, y de Messerschmitt BF-109, ametrallan a la gente que huye. Total, 85% de la villa destruida, y los muertos oscilan de 126 hasta 1.654, según quien informe de lo sucedido aquel 26 de abril.

La repercusión mundial es enorme y toda la prensa libre habla del drama de Guernica. El 1 de mayo Picasso empieza a pintar el célebre cuadro que inmortalizará la destrucción y barbarie con el nombre de la villa asolada. Aunque los aviones sean alemanes e italianos, se sabe que actúan a favor del bando llamado nacional. Queda claro que se planificó arrasar completamente una localidad, alejada del frente de batalla, con el único objetivo de amedrentar al enemigo, ensayando unas tácticas que tristemente tendrán continuidad en las siguientes guerras.

El planteamiento antiguo de las guerras, con dos ejércitos frente a frente, hasta que uno derrotaba al otro, ha quedado superado porque ahora se ataca a la población civil para castigar y desmoralizar, o encorajinar en tal grado al contrario, que le obligue a bajar los brazos o a cometer torpezas. Es similar al caso tremendo, que se da a veces, de matrimonios rotos en que uno de los dos, para castigar y dañar al otro cónyuge en lo que más quiere, decide matar a la prole.

En parte, los terroristas pretenden idéntico fin: en vez de enfrentarse a los cuerpos de seguridad del estado, arremeten contra los ciudadanos de a pie, en lugares concurridos, porque saben que ello acaba creando tal desasosiego que mina la moral de la gran masa ciudadana.

Frente a tal cúmulo de maldades humanas, siempre hay un renuevo de esperanza, y es de recordar que el 25 de abril de 1998 el Parlamento alemán oficialmente pidió perdón por los hechos de Guernica, ratificando así el mensaje de disculpas que el presidente federal Herzog había hecho un año antes cuando se cumplió el 60º aniversario del bombardeo de Guernica.