Inditex volvió a presentar esta semana ante sus accionistas unos resultados impresionantes. El grupo aumentó sus beneficios un 63% en el último lustro, un 10% en 2016. La multinacional coruñesa facturó en el último ejercicio 23.311 millones con unas ventas un 12% superiores a las del anterior y un 69% más elevadas que las de hace cinco años.

"La crisis no puede ser una excusa para no crecer", proclamó en marzo de 2012 en la inauguración del Zara de Nueva York el presidente de Inditex, Pablo Isla, el directivo que llevó a la firma coruñesa a la pole position mundial. Esa declaración de principios acabó convirtiéndose en el primer mandamiento del pensamiento económico de la época y lo cierto es que desde aquellas palabras de Isla las ventas aumentaron un 69%, los beneficios un 63% y la plantilla un 48% hasta alcanzar los 162.450 profesionales.

El gigante textil contaba al cierre del año pasado con 7.292 tiendas físicas en 93 mercados de todo el mundo y operaba online en 41 mercados. Unas cifras que ya han aumentado y que seguirán al alza porque Inditex abrirá en agosto sus establecimientos en Bielorrusia y en octubre estrenará la tienda virtual en India.

Toda esta expansión se produce, sin embargo, sin renunciar a sus orígenes y a su compromiso con el área coruñesa. Prueba de ello es la ampliación de sus instalaciones en Arteixo y la reciente inversión de 57 millones para construir un centro logístico en A Laracha, donde ha adquirido 26 parcelas del polígono industrial.

Amancio Ortega es la piedra que ha permitido mantener en pie el edificio económico del área metropolitana coruñesa tras el derrumbe, durante la crisis, de un modelo obsoleto que dio la espalda a la industria para centrarse en el sector servicios y la especulación inmobiliaria. De la dimensión de la iniciativa del empresario da una idea el hecho de que la compañía textil supone casi 50.000 empleos directos en España y genera otros 50.000 entre sus proveedores, muchos de ellos en A Coruña.

La sólida senda del éxito recorrida por esta compañía está cimentada en los valores de la empresa familiar que no son otros que el trabajo, el tesón, el compromiso y colocar al cliente en centro de las decisiones. Pablo Isla destacó el pasado martes el "crecimiento sólido, sostenible e integrado" como claves del futuro de Inditex; basa el éxito en una plantilla de 99 nacionalidades distintas y 45 idiomas diferentes en la que prima el "talento creativo, la autoexigencia, capacidad de trabajo en equipo y una fuerte orientación al cliente".

El discurso que transmite el presidente de Inditex es fundamental por lo que tiene de modelo a seguir y de efecto multiplicador ante la red de proveedores que han aprendido y crecido discretamente con la compañía textil. Se trata de una visión moderna basada en la multiculturalidad y la igualdad de oportunidades en el seno de la empresa en la que "apuesta por las personas". La empresa promocionó en 2016 a puestos mejores a más de 25.000 de sus 162.000 empleados en todo el mundo.

La multinacional coruñesa, siempre atenta a las demandas de la sociedad, hace una apuesta por la sostenibilidad con proyectos como el de reutilización y reciclaje de productos textiles, una iniciativa que ya permitió recoger en un año más de 7.100 toneladas de prendas, calzado y complementos a través de contenedores instalados en las tiendas, oficinas y centros logísticos de la compañía. Estas acciones se realizan en colaboración con entidades como Cruz Roja, Cáritas u Oxfam.

En un momento de dudas sobre las grandes estrategias empresariales, el gigante textil marca la pauta a seguir en ese modelo de regeneración económica tan necesario. Inditex actúa como locomotora de empleo y convierte el área coruñesa el motor económico de Galicia pero además, según destaca el Plan Estratéxico de Turismo, es una de las mejores cartas de presentación para mostrar A Coruña como una ciudad dinámica y atractiva para las clases creativas, jóvenes y urbanitas. La propia plantilla de Inditex proporciona a la ciudad cierto aire cosmopolita. Haría mal el área metropolitana coruñesa en no aprovechar todas las oportunidades que le brinda el ser sede de una de las empresas más eficientes y admiradas del mundo.