"Mi patriotismo no se funda en motivos humanos, ni se dirige a materiales fines: mi patriotismo se fundó en mi amor a Dios, persigo conducir a Dios a mis hermanos de raza: a mi gran familia del pueblo vasco ". Sabino Arana

Habrán tenido noticia de un comunicado de ETA hablando de su posible disolución en fechas próximas, supongo que les habrá parecido tranquilizador y habrán dicho que ya era hora, que ya se podían haber acordado antes, que ya está bien de sainete barato por parte de la banda con tanto plazo dilatorio tratando de aupar a sus apoyos políticos.

Porque sí, hay conflicto político entre nacionalistas vascos y nacionalistas españoles, refrendado en la constitución, por las desigualdades que provocan el concierto económico y el cupo vasco, un residuo de los impuestos que se aportan a la caja común, si es que aún existe. Más eso queda hoy al margen, ya que hasta Rajoy echa cuentas y cuenta cuentos sobre esas cifras a cambio del puñado de votos.

No nos puede extrañar que, después de tantas ikurriñas bajo las sotanas usadas contra el liberalismo, los primeros en salir a la palestra después del comunicado de ETA, hayan sido los obispos del País Vasco, Navarra y Bayona pidiendo "sinceramente perdón" por las "complicidades, ambigüedades y omisiones" que se han dado en el seno de la Iglesia durante los años de terrorismo de ETA, sin comentarios.

Así mismo retuercen el comunicado de los terroristas dando por supuesto que han reconocido el "daño causado", "su responsabilidad directa, en el sufrimiento desmedido que la sociedad vasca ha padecido", ¿solo la vasca? Los obispos se regodean con su tabla reivindicativa llamando a la normalización, a atender a los presos alejados del país. En algo se nota que todo nació en las sacristías.

Ahora resultará que todos esos actos de terror solo han sido pecados, que se reconoce la culpa, que se muestra arrepentimiento, se pide perdón y ellos se lo conceden. Magnífico, con la próxima multa de tráfico, ya saben qué hacer, busquen un confesor que les perdone.

Qué ejercicio de fariseísmo por todas partes, qué ansias de seguir ignorando a la sociedad civil, basada en la ley y su cumplimiento, todo lo flexible que la justicia considere. Ahora vendrán los monseñores de Madrid a dorar la píldora a las víctimas y ya estarán las dos velas puestas; ya estarán enfrentadas todas las banderas y sus cruces. Perderá la ciudadanía y ganará esa institución tan antigua y poderosa.

A fin de cuentas ambos nacionalismos coinciden en el origen y en el contenido religioso de los postulados que heredaron del carlismo en el XIX, que sirvieron de base a los mitos que perduran, Dios y Ley vieja, una ideología basada en la religión católica y la raza vasca, que celebra su día de la patria el domingo de Pascua, junto a Santiago y cierra España, para los otros. Ganan los mismos.