Con la vuelta a las clases de la población escolar, La Coruña, cada mañana, acrecienta su alegría y alborota su bullicio ciudadano. El curso académico 2018-19 inició su andadura y, con él, las ilusiones estudiantiles que han depositado en la calidad de la docencia la confianza en que el menester socrático les permitirá adquirir conocimientos y buscar la perfección en el saber. La apertura de curso ha despertado antiguas y severas críticas sobre el actual sistema educativo, porque "la Educación no puede funcionar con 17 normas diferentes", tanto por su currículum peculiar como por su normativa diferenciada, a la que no le son ajenas las distintas formas de financiación. De nuevo, se aboga por un pacto educativo nacional que racionalice los contenidos y unifique los manuales escolares, además de poner fin a las 17 ediciones actuales para cada materia y cada curso que todavía persisten. La Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto ha señalado que en España existen 10.839 títulos distintos, frente a los 3.482 de Francia y 4.966 de Alemania, inflación editorial que encarece un 20% el precio de los manuales. Entre las observaciones y críticas señaladas con motivo de la inauguración del curso escolar, nos ha llamado la atención la denuncia de El Correo Gallego (3-09-18) "más de un tercio del profesorado de la Universidade de Santiago no llega a impartir las 240 horas lectivas anuales, al tiempo que aumenta sin cesar el número de profesores asociados, que son quienes mantienen operativo el engranaje universitario". Esta llamativa situación debiera impulsar a las autoridades políticas y académicas a una "cirugía sin anestesia" y terminar, de una vez, con el gaudeamus centralista, es decir, que la Universidad acuda en busca del individuo y no al revés.

Otrosí digo

Galicia contará este curso con 385 centros plurilingües, 68 más que el año pasado. Vigo y La Coruña mantienen sus demandas, desde hace varias décadas, para que se les otorgue a sus universidades el último ciclo de Medicina. Los datos, expuestos en nuestro comentario, indican que hay que superar los esquemas de la Xunta, ajenos al ecumenismo de la pedagogía que en su nesciencia construye tesis monopolísticas que les impiden salir del marasmo vegetativo. Vigo y La Coruña, sus Universidades y Complejos sanitarios tienen medios académicos, tecnológicos, científicos y docentes bien acreditados como lo demuestran ser referentes europeos de formación médica.