Los líderes regionales agotaron su cuota de protagonismo salpicando las televisiones bajo su control del tradicional discurso de fin de año. En estos tiempos, vísperas de elecciones, las autoridades lugareñas viven abrumadas por la incertidumbre de sentir la vecindad del aroma de la irrelevancia tras los comicios. La estirpe de los "caudillos autonómicos", con su conocida tradición oral resulta tan opaca como la música ambiental de sus peroratas, prodigio de oportunismo y abstracción. A los gallegos, el actual clima político nacional nos invita a volver a Valle-Inclán. Es más, lo consideramos como un antídoto, una advertencia al descreído paisanaje ante el esperpento del sainete político. Quien parece tenerlo muy claro es la señora Sanmartín Rei, poderosa vicepresidenta de la Diputación, de la Mesa de Normalización Lingüística y concejala aspirante a laAlcaldía de Santiago por el BNG. Nos explica cómo transformar la realidad desde las instituciones y lo expone, a través de la Diputación, especie de cigarral caudaloso. Anuncia: Plan Único para Santiago (2.000.000 euros) en Lavacolla, Gracia, Verdía y Figueiras; apoyo a personal técnico de normalización lingüística; distribución de material cinematográfico en gallego (1.000.000); plan para "visibilizar" y "empoderar" a la mujer en todos los ambientes sociales; normalización lingüística y jornadas de reflexión sociolingüística, adjudicación de 21 lienzos de Maside, para radicarlos en Compostela; rehabilitación de la casa de Máquinas de Galeras; Plan Compostela rupestre para protección y difusión del patrimonio de Santiago, etc. Como concertante final, la señora Sanmartín Rei rubrica su firme decisión: "Precisamos -dice- que la política que se desarrolle esté impregnada de feminismo y ecologismo". En Román paladino, a lo antedicho se le puede llamar "modo de arrimar el ascua a su sardina".

Otrosí digo

Como cada uno tira para su faldriquera, el alcalde de Vigo pide que se rebaje el peaje de la AP-9, desde Vigo a Redondela. La Xunta se limitará a que la concesionaria modere sus pretensiones en todo el trayecto. Después del éxito de la luminotecnia, el alcalde vigués no acierta a resolver el problema de Balaídos y mantiene un serio contencioso con el presidente del Celta, difícil y correoso contrincante.