La filósofa Maite Larrauri habla de John Dewey: "Dewey ha sido el primer innovador en el campo de la pedagogía. Él dijo: "La educación no es una preparación para la vida, sino que es vida". Dewey pensaba que se educa para formar ciudadanos en una democracia. Por lo tanto, las escuelas tenían que crear una vida, hacer partícipes de esa vida a los niños y a los adolescentes. De manera que vivieran una vida diferente a la que estaban sometidos fuera de la escuela. Una vida que mejorara, estructurara, casi tendría la escuela que ser un laboratorio. ¿Un laboratorio de qué? Todos sabemos que en todos los ámbitos hay conflictos y la escuela no es un mundo aparte. Es ahí donde la solución de los conflictos tiene que ser ejemplarmente democrático. Y en la asunción de las reglas tienen los alumnos que participar. En la vida hay potencialidades diferentes, formas diferentes de desarrollar la personalidad. Pues bien, la escuela tiene que dar ámbito de todas las potencialidades de manera que no deje a nadie atrás. Esto hace que la escuela fuera una vida en laboratorio democrático de ciudadanos. Por eso, para Dewey los profesores son de una importancia vital en cualquier sociedad, son la piedra angular en donde se apoya la democracia. Un ejemplo de educación, como la que propuso Dewey, es la de Finlandia. En donde se discuten las reglas, donde se solucionan los conflictos racionalmente, donde no se dan plazos para aprender, donde no hay fracaso escolar. "Pienso que tendríamos que leer más a John Dewey y dejarnos de estigmatizar a los niños con ideologías, nacionalismos, etc. ¿No creen?