Los gallegos que padecen tumores de Leucemia Linfoblástica Aguda y Linfoma B Difuso tendrán que desplazarse fuera de Galicia para poder recibir las terapias CAR-T, el tratamiento más avanzado contra el cáncer, que modifica genéticamente células del sistema inmunitario del propio paciente para reconocer las células tumorales y destruirlas. Estas nuevas técnicas tienen una efectivad del 80% en el caso de la primera dolencia y en torno al 50% en el Linfoma.

Esa es la primera consecuencia que tendría el que el Ministerio de Sanidad haya excluido a los complejos hospitalarios de A Coruña, Santiago y Vigo del mapa de implantación de estas nuevas terapias para el cáncer, escudándose en criterios poblacionales.

Para la derivación de estos enfermos gallegos a centros de otras comunidades, el protocolo establece que el paciente presente su candidatura a la Consellería de Sanidade, con previo acuerdo del hospital y el enfermo, que debe trasladarla al Ministerio, que tiene la última palabra y puede proponer un centro distinto al acordado.

La decisión ministerial ha sido cuestionada por los responsables de este área hospitalaria en los centros afectados en la comunidad gallega, que han acumulado una importante experiencia clínica en los últimos años y ven ahora como se quedan al margen de las terapias más vanguardistas.

A pesar de que los pacientes gallegos afectados por estas dolencias serán atendidos en otros hospitales fuera de la comunidad, los médicos consideran que estos desplazamientos pueden repercutir negativamente en unos enfermos de salud frágil, que se verán obligados a acudir en reiteradas ocasiones a un centro médico que puede situarse a mil kilómetros de distancia de su hogar, primero para efectuar las pruebas iniciales de valoración clínica de su situación, luego para recoger las células, después para la aplicación del tratamiento y todavía tendrá que volver más tarde para las revisiones. Señalan que la vulnerabilidad psicológica de estos enfermos se verá potenciada por el estrés resultante de todo este trasiego.

Los especialistas ven absurdo e injusto que los pacientes gallegos con linfoma o leucemia no puedan afrontar toda esta compleja cadena de actuaciones hospitalarias en algún centro de su propia comunidad. Además, puntualizan que estos pacientes tendrán que ser aceptados previamente por esos centros, un proceso que puede conllevar retrasos en los tratamientos, lo que en la práctica supondría una flagrante quiebra de la equidad territorial en la asistencia médica en España. Recuerdan que es fundamental que el tratamiento se aplique a tiempo y que llegue equitativamente a todos los pacientes que lo precisan.

El Complexo Hospitalario de A Coruña (Chuac), al que durante años se han derivado pacientes oncológicos de toda Galicia con estas patologías para ser tratados en el servicio de Hematología, no tira sin embargo la toalla en la lucha por poder ofrecer las nuevas terapias CAR-T a sus pacientes.

Uno de los hematólogos de referencia del hospital coruñés, Guillermo Debén, explicó a este periódico que es un tratamiento que ha llegado para quedarse y que a medio plazo todas las comunidades tendrán que contar con un centro de referencia de estas nuevas técnicas contra el cáncer.

Debén confía en que el hospital coruñés, que ya ofrece en estos momentos todos los servicios de hematología disponibles en la cartera sanitaria española, pueda incluir también las nuevas terapias CAR-T lo antes posible.

Para ello, este departamento hospitalario cuenta ya con personal formándose en las nuevas terapias CAR-T en Londres. Con lo cual, resultaría un sinsentido que contando con especialistas en los que se ha invertido para su formación en centros punteros europeos, no se pudiera ofrecer a los pacientes este tratamiento en el hospital de A Coruña.

Debén reconoce que al ser un tratamiento novedoso que ha empezado a aplicarse en los hospitales españoles este año, resulta comprensible que haya una implantación progresiva, pero admite que existe malestar entre los profesionales del hospital coruñés por haber sido excluidos de los planes del Ministerio de Sanidad. Los profesionales del Chuac dan un margen de confianza al Ministerio para que rectifique su plan, pero expresan también su temor a que al final acaben siendo los de siempre lo s beneficiados el en reparto de recursos.

Los hospitales españoles a los que se asignado ya la aplicación de las nuevas terapias anticáncer CAR-T tendrá que contratar a personal formado y en el hospital coruñés sabe mal que se le haya dejado al margen sin valorar su amplia experiencia en hematología clínica.

Tras la oleada de quejas surgidas en varias comunidades autónomas, entre ellas la gallega, por su exclusión del mapa hospitalario que aplicará estas nuevas terapias, el Ministerio de Sanidad anunció hace unos días que lo revisará en el plazo de seis meses. En esa nueva relación de centros no puede faltar el hospital coruñés, que da cobertura a cerca de 600.000 pacientes y cuenta con una reconocida especialización en los campos clínicos en los que se aplicarán los nuevos tratamientos.