Escribo sin conocer los resultados de ayer pero tiempo habrá para comentarlos. No veo aconsejable esta convocatoria múltiple y menos con las generales hace un mes. No facilita claves para votar en función de cada escenario, se mezcla todo y se promueve la confusión. Mejor convocatorias distanciadas.

La semana trajo el deplorable espectáculo de la sesión constitutiva del Congreso en la que los diputados han de acatar la Constitución para serlo en plenitud de derechos y deberes. Además, el encontronazo de la presidenta Batet con el TS por la suspensión de Junqueras y compañía. En los bares, en casa y en los despachos hemos sentido bochorno, indignación y desprecio por lo visto en el Congreso. Tan solo en algunos ámbitos académicos embelesados con sus brillantes especulaciones y en algunas tertulias periodísticas se justifica el espectáculo con afirmaciones como la de una ubicua periodista de relumbrón: es la grandeza de la democracia, decía satisfecha. Pues no, lo visto evidencia un funcionamiento ineficiente de las Cortes, el órgano de la representación del pueblo español. Es cierto que los reglamentos de las cámaras, el Código Penal y las normas procesales no podían prever, o si podían no lo hicieron, que un montón de diputados se pronunciasen contrarios a o distantes de la Constitución en el acto de jurar o prometer acatarla y es cierto que hace muchos años el Tribunal Constitucional permitió acompañar el acatamiento con una escueta explicación, por imperativo legal, inventada con clara intención anticonstitucional por los diputados nacionalistas, hoy despendolados independentistas. Los independentistas catalanes han prometido por los mismos motivos que les han servido y servirán para violarla ya mismo y el revolucionario que pide ansioso un ministerio ha prometido troceando la CE, por los derechos sociales dice; algún día se acatará a la carta por artículos de uno en uno. Los ciudadanos no entienden que no se exija un sí juro o sí prometo sin más a quien tiene que desempeñar su cargo dentro del marco constitucional. Que juren o prometan por los presos o por la libertad de Cataluña o por el derecho a la vivienda no debería de admitirse como no se admite que al firmar un pasaporte escribamos un soneto, es improcedente y hace perder el tiempo. Hay que restringir en ese acto la inventiva del diputado porque, además, ya nos consta su actitud hacia la CE.

Más grave es que haya diputados conducidos desde la cárcel a la que volverán de inmediato. Ya se padeció el disparate en el parlamento catalán evidenciándose la incapacidad del legislador para guiarse por el sentido común. ¿Cómo se ejerce la representación, asistir, debatir, votar, preguntar, formar parte de una comisión, relacionarse con los ciudadanos, pactar las leyes, etc., desde la cárcel? ¿Cobran un sueldo público sin hacer nada?, preguntaba entre atónita y burlona una corresponsal británica en la tertulia nocturna de 24 Horas de TVE. Un disparate que pide a gritos la modificación de las normativas aplicables. La guinda el encontronazo de Batet con el TS sobre la suspensión de Junqueras. Batet, multada con otros diputados del PSC por la entonces secretaria del grupo parlamentario socialista Soraya Rodríguez, hoy en C's, por votar a favor del derecho a decidir, quiso evitar la suspensión y pidió aclaraciones al TS que responde que no está para darlas y Batet convoca ahora, por qué no antes, a sus letrados para proceder a la suspensión obligada por el reglamento del Congreso. Mal comienzo de Batet. El PSC, con ministros o sin ellos, va a mandar mucho pero que no olviden que aún hay jueces en España. Lo dicho, bochorno total.