Otra vez el fuego que arrasa la vida del monte vuelve a ser noticia. Llegará un momento que ni noticia será porque ya no existirá monte que quemar como está pasando en Canarias. Pero la causa, se sospecha, fue una chispa producida por un soldador. Es de suponer que no estaría en el medio del monte soldando ya que de ser así no sería un soldador, sería un demente y por consiguiente irresponsable de sus hechos muy diferente en términos jurídicos. La investigación nos aclarará si estaba soldando al aire libre, en el patio de su casa o en el taller sin cerrar la ventana... Pero al mismo tiempo he leído que los vecinos y protectores del parque nacional que se está quemando habían avisado al "político de turno" que el monte no se limpiaba en los últimos tres años. No sería nada extraño que el culpable sería "el silencio administrativo", muy esgrimido en nuestro estado de derecho, y no el político que se esconde en su silencio. Supongo que este hecho se investigará porque en el caso de que se confirmase el juez lo tendría claro. El culpable sería el político responsable o en su defecto el citado "silencio". Pero me temo que pasará lo de siempre, el abandono del bosque será culpa de un soldador, un niño, un enfermo mental o un rayo enviados, quién sabe por el "ángel exterminador" con su espada de fuego, pero será difícil que la justicia, casi siempre lenta, castigue al propietario de un monte abandonado porque si queremos ser justos sería como castigar a toda la España rural envejecida o desértica. ¿Será la culpa del anciano que espera su ocaso, o del joven que escapó para buscar su futuro? Hay contundentes razones para pensar que son las malas políticas las responsables de que el monte se abandone y por consiguiente se queme pero volverá a echarse la culpa "al silencio administrativo".