Puede aparecer en cualquier momento, tras una carga policial con el Grândola, vila morena a todo volumen, o durante una fiesta en la que nadie la espera. La Lilicleta siempre está. Con motivo del fallecimiento del cantante Camilo Sesto, Fernando Pujalte se montó ayer en su triciclo de los años sesenta, con el repertorio del artista bien elegido para llevar a Melina o Vivir así es morir de amor por las calles de la ciudad. Por si había algún despistado que no reconociese tremendo temazo, la Lilicleta daba más pistas y paseaba una foto del fallecido Camilo, por todo lo alto.