En La Coruña hemos pasado de la bicicleta de En Marea al patinete del tripartito que encabeza el Partido Socialista, patinete, que resulta un artilugio incómodo para el viandante. El Sr. Villoslada, responsable de la concejalía de Movilidad, se afana por buscar cauces viarios que no perturben al ciudadano de a pie, tarea tan difícil como aligerar los gastos municipales, sobre todo si la actividad municipal se reduce a la paleontología, donde la historia no se puede ajustar a ideologías previas. Ahí están en el frontispicio inicial asociados temas, como la Casa Cornide o el Pazo de Meirás, además de la zona de la Maestranza que afecta a la fachada marítima, codiciada operación urbanística, que ha de ser rigurosamente controlada, para que no se convierta en una adefagia constructora. Que los buses extiendan su red de transporte público a los ayuntamientos de Culleredo y Arteixo, en La Zapatería, no nos hace olvidar el museo de Bellas Artes, una de las pinacotecas menos visitadas de España. Aunque pertenece a la Xunta, figura en el circuito municipal. Al Sr. Celemín, que nos habla de un envolvente proyecto de museo arqueológico, le recordamos las palabras de D. Vicente Todolí, exdirector del museo Reina Sofía y de la Tate "quienes creen que cuando se erige un edificio ya hay un museo o un centro de saber, cometen un gran error". La alcaldesa, con las servidumbres que suelen exigir las terminales partidarias, no debe limitar su tarea. A Paco Vázquez entonces, y en la actualidad Abel Caballero, nunca les ha gustado transitar por rutas que les marcan otros. A Coruña debe salir de la melancolía de una etapa que no cumplió sus expectativas. El vecindario quiere dinamismo, que el Gobierno local ponga de relieve su valor imaginativo y decisorio, hasta la fecha inéditos, como sus iniciativas y estrategias.

Otrosí digo

La vicepresidenta de la Fundación Barrié, doña Pilar Romero Vázquez-Gulías, ha tenido a bien remitirme el voluminoso "inventario de la riqueza monumental y artística de Galicia" de Ángel del Castillo, de quien tuve el privilegio de ser su alumno y, al tiempo recordar la amistad que tuve con el padre de doña Pilar, el relevante médico-analista Dr. Dimas Romero.