Diciembre es el mes en el que los políticos exgobernantes suelen presentar sus libros exculpatorios, justificativos u observativos de su pasado reciente. También abundan las entrevistas-alfombra y declaraciones insustanciales demostrativas de que los protagonistas no cumplen con el precepto filosófico "pensar y hacerse preguntas, antes de lo que se va a decir". La jueza Pilar Llop, elegida para presidir el Senado se confiesa socialista no inscrita "de momento, estoy preservando mi independencia porque vengo de la carrera judicial, pero me he presentado a las elecciones en la lista del PSOE, porque soy socialista y feminista". Al referirse al presidente en funciones Pedro Sánchez es rotunda: "Tengo el mismo concepto que él de la democracia" ( El Mundo 9-12-19). No se quedó atrás el locuaz delegado del Gobierno en Galicia D. Javier Losada, cuyas manifestaciones el mismo día confirman un peculiar estilo lingüístico. Refiriéndose al AVE dice: "Semana abajo o arriba, la obra civil estará terminada para luego terminar las pruebas de seguridad", "lo que hace este Gobierno no es más que cumplir los compromisos que tenía y no hacía el de Rajoy. "Los acuerdos que se intentan establecer con Esquerra Republicana son para la gobernabilidad, transparente, pública y dentro de la ley" (sic). También nuestra alcaldesa Inés Rey protagonizó una entrevista-alfombra de la revista femenina Yo Dona, en las que nos llamó la atención que hace gala de una memoria numérica cuantitativa. Cuanto hemos expuesto, son ejemplos del alabe de la comunicación oficial, que los gabinetes de información suelen conservan a disposición de cualquier transeúnte. Mejor sería agudizar la capacidad informativa para sintonizar con el ciudadano, que no acostumbra a aceptar luces noticiosas carentes de hialinidad y transparencia.

La comunicación continúa siendo un oscuro deseo del poder, tanto que trata de imponer servidumbres, tales como las comparecencias de personajes, en las que no se permite alzar la mano para preguntar, episodios que degradan la misión del periodista convencido en el valor de las palabras y de la humildad de su profesión. Las TV públicas son capítulo aparte; convierten el poder de la televisión en la televisión del poder.