La calamidad pandémica que padecemos ha abierto muchas costuras en la política española y nos deja la convicción de que nuestro país ha de bastarse por sí mismo. La UE, cuyo origen el Mercado Común, nació como una fortaleza contra la adversidad, nos sigue contemplando como un espacio geográfico y de negocios. Si miramos en casa, el despliegue sanitario desplegado, tras no haber considerado las advertencias internacionales preventivas, manifiesta improvisación, amén de la embarullada actuación de un gobierno heterogéneo, entre cuyos componentes se hacen notar quienes no sustentan la base necesaria para integrar una formación rectora. De ahí, se deriva una suerte de sublimación del ego. Vista así, la política puede entrar en metástasis. Otra de las costuras, es la información oficial, que carece de capacidad didáctica para dar a conocer lo que se pretende y que la verdad tenga reflejo, como noticia. La política no tendría sentido sin la encarnadura de las ideas en el ilimitado campo mediático. En este ámbito informativo, los valores y la creatividad se descubren más que se aprenden; es la experiencia la que enseña a descubrirlos. Las apariciones de ministros/as, tras las reuniones del Gobierno deben ser más breves, sin el torbellino de los exordios de la portavoz y preguntarse los/las intervinientes ¿qué es lo que hay que decir y cómo? Lo primero es maestría (espíritu de selección o síntesis), lo otro es poder de selección. En el preguntorio periodístico hay que descartar la figura del "filtrador", como ingrediente acomodaticio interesado. Y confianza en el país y en sus gentes. Si España supo librarse por sí misma de un sistema político parecía estratificado en la sensibilidad del pueblo, también conseguirá ahuyentar al Covid-19. Salud.

Recogemos notas de un ensayo del profesor Rodríguez Adrados, académico de la RAE y de la de Historia, aparecido el 4-11-2005 en la tercera del A BC: España 1931-2005. "Zapatero y los suyos han construido un grupo como aquel de la II República, en el que se aliaron con los socialistas de Largo Caballero los comunistas, anarquistas y separatistas. Cómo acabó ya lo sabemos...".