En la campaña electoral que está teniendo lugar en Galicia con respecto a las elecciones autonómicas del próximo día 12, se desarrolla esta lucha de uno contra todos y todos contra uno, que parece desigual, desde dos perspectivas, aunque en ambas el candidato en solitario se está valiendo muy bien por sí mismo y parece que le basta con doblegar a sus adversarios sin necesitar la ayuda de nadie.

En efecto, en la página 18 del ABC del 30 de junio de 2020 el corresponsal en Santiago de Compostela escribe del debate a siete que tuvo lugar en la TVG: "Sobre el papel era un debate a siete, esto es, el presidente de la Xunta, que opta a la reelección, frente a seis aspirantes a desbancarlo. Pura teoría". Y resume la soledad del presidente contra las demás opciones al afirmar que "el PP se desliga de Vox, mientras que PSOE, BNG, y Galicia en Común exhiben su sintonía". Pues bien, el candidato Feijóo salió airoso del debate a siete que se acabó convirtiendo en uno contra todos.

La segunda perspectiva; o sea, la de todos contra uno, se ve con toda claridad en un vídeo que circula por la red, elaborado por el PP, en el que numerosos líderes políticos gallegos y del resto de España, pronuncian "Feijóo" o de "Núñez Feijóo", mientras que él responde "Galicia, Galicia, Galicia, y por cuarta a vez, Galicia". Haciendo referencia a las tres victorias que obtuvo por mayoría absoluta en las anteriores elecciones autonómicas, y que aspira a renovar el próximo 12 de julio. Es decir, que mientras lo que estos líderes de otros partidos le ofrecen a los gallegos es una especie de obsesión por "desbancar" del poder a Feijóo, este les ofrece a sus paisanos su compromiso con Galicia, por cuarta vez.

El rumbo que está tomando la actual campaña política es, en cierto modo, lógico, ya que el PP y su candidato muestran una gran fortaleza electoral y, tal vez, la única manera de revertirla sea no entrar a debatir la gestión, sino en centrarse en erosionar la figura del líder, del personaje, que concita, después de tanto tiempo, tan alto grado de fidelidad entre los electores.

Pero si lo que antecede es cierto también lo es que los partidos que le disputarán el poder a Feijóo el próximo día 12 de julio no acaban de aterrizar por vez primera en Galicia, sino que han estado en la oposición. Lo cual los hace responsables de una actividad de contradicción y crítica a la labor del Gobierno gallego, que, por lo que predicen las encuestas, no ha debido ser muy exitosa porque parece que no van a dejar de estar en ella.

Y es que si recordamos los mensajes que los partidos de la oposición están lanzando al electorado gallego para desbancar al PP, no parece fácil que lo consigan vista la "madurez política" de la mayoría del pueblo gallego.

Así, el mensaje central del líder del PSOE en el citado debate de la TVG fue: "No es lo mismo que gobierne la derecha a que gobierne la izquierda. Galicia es mi causa y necesita una movilización masiva". ¿Cree el líder del PSOE que los gallegos no saben que no es lo mismo que gobierne la derecha a que gobierne la izquierda? Pues claro que lo saben. Y si en las tres ocasiones precedentes le confiaron el poder a la derecha fue justamente porque conocen a unos y otros.

La representante del BNG sostuvo que "es necesario cambiar hacia un modelo sostenible y verde". La palabra sostenible, que suele acompañar a la palabra desarrollo, hace referencia a un modo de gestionar los escasos recursos que posee la humanidad en el que se satisfagan las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras. El desarrollo sostenible es, por tanto, más una idea programática y permanente de gestionar los recursos que una actuación que produzca resultados inmediatos: es una medida para salir correctamente de la crisis, pero que no nos saca inmediatamente de ella. Y lo mismo cabría decir de los modelos "verde" o "renovable" de gestión. Se trata de verdaderas políticas de Estado que suponen una profunda reestructuración de nuestra economía, que debe acometerse a nivel estatal, por lo que cuando se utilizan estas palabras con fines electoralistas en unas elecciones autonómicas parecen términos con carácter mágico.

Finalmente, el representante de Galicia en Común afirmó: "Atrás va a quedar el decenio negro. Hay una Galicia que viene, la del empleo de calidad para la gente joven". Esta declaración suscita, al menos, dos comentarios. El primero es que "calificar como decenio negro" los últimos años del gobierno de Feijóo es, cuando menos, un "brindis al sol". Los datos económicos referidos a su gestión y el apoyo continuo de los gallegos parecen demostrar la inexactitud de esa afirmación. Y en cuanto a la "Galicia del empleo de calidad", basta recordar que con los suyos en el Gobierno de España (pertenecen a Unidas Podemos) de 3.105.686 parados en junio de 2019 se ha pasado a 3.862.883 parados en toda España un año después, en junio de 2020 (un aumento del 28% en un año) ¿Pueden explicar los de Galicia en Común cómo van a lograr que aumente el empleo en Galicia cuando lo que crece pavorosamente en España es el paro?