Cuando esto sea publicado no sé si estaré en Toledo, Alcalá de Henares o en La Granja de San Ildefonso. Porque para allá viajo y en cada localidad me aguarda una ocupación diferente. Un motivo familiar -visitar a mi hermana Lita- en al caso de La Granja; un deber emotivo en los alrededores del Henares, pues se trata de ir a rezar a la tumba de un amigo del alma en el cementerio de Camarma de Esteruelas, y la finalidad de guía turístico en el caso de la ciudad imperial -me considero toledano de adopción- acompañando a un sacerdote polaco. Y para esos desplazamientos opto una vez más por el automóvil pues no hay conexiones fáciles ni rápidas entre esos tres puntos. Pero en mis próximos viajes a Madrid, ¿qué medio de transporte elegiré? Si es verdad que, como declaraba en estas páginas Isabel Pardo de Vera, jefa de Adif, el reciente 28 de junio, que iremos en tren de Santiago a Madrid en 4 horas y 14 minutos a partir de este verano, es cosa de írselo pensando para dejar bien estacionado el coche. También es importante el anuncio que hace del ramal ferroviario de mercancías del Corredor del Noroeste desde León a puertos de Galicia y Asturias. Para comentar otro día.