Me llega en vídeo una recreación de la gesta de Isabel Zendal, la enfermera coruñesa que viajó el 1803 a América con los 22 niños huérfanos infectados de viruela, para inmunizar a aquellas poblaciones, hazaña que fue el primer gran paso para erradicar la plaga de la viruela en el mundo. Casi al mismo tiempo, rondándome en la cabeza el tema de los afectados por el coronavirus, redescubro ordenando la biblioteca el folleto titulado Somos Patxi escrito en 2013 por Fernando Aramburu, el escrito vasco que se encumbraría años después con Patria. Dicho folleto forma parte de una singular colección nominada Historias de la CUN (Clínica Universidad de Navarra) donde se relatan casos de enfermos que, sacando fuerzas de flaquezas, con empeño y afán de superación, se aúpan de una forma ejemplar —con la ayuda además de los facultativos— para superar sus dolencias. Se curen o no, esos relatos son todo un homenaje a las personas que sufren una enfermedad y que —como bien destacan los editores— sacan gracias a ella lo mejor de sí mismas. Lo notable también es quienes escriben los relatos son firmas acreditas como el ya citado Aramburu, Mercedes Salisachs, Lorenzo Silva, Soledad Puértolas, Juan Manuel de Prada, etc.