Insiste la Deputación de A Coruña en decir que soy propietario de una parcela rústica en el Concello de Abegondo, y me pasa el recibo para el pago del impuesto de bienes inmuebles. Pero lo chusco del caso es que nunca tuve tal propiedad ni ninguna vinculación con ese ayuntamiento. Ahora bien, el problema es cómo demostrar un hecho negativo. Quien me asesora me dice que esté tranquilo, que han de ser ellos los que han de cargar con la prueba. Y que todo debe ser, sigue la explicación, consecuencia de un error burocrático porque han metido equivocadamente en el NIF unos dígitos y sale mi identificación. O porque alguien les ha proporcionado mi DNI, me soplan otros. Esto me lleva al tema de las llamadas a los móviles para ofertas comerciales de empresas que no hemos conectado ni solicitado información. Me comentan que hay entidades que venden la numeración de móviles de usuarios suyos a otras empresas, según ciertos baremos y requisitos —me interesan de tales edades, en estas zonas, que sean usuarios de internet, etc.—, y por eso te llaman desde unos call centers, unos educadísimos agentes con acentos de lo más variopinto, con una insistencia agotadora, ofreciéndote el oro y el moro. Sé que se pueden bloquear esas llamadas, pero mi número está por ahí volando.