Tú y yo somos tres

A José Mota, TVE siempre le afeita los colmillos

Ferrán Monegal

Ferrán Monegal

Cada vez que José Mota visita TVE —cosa que hace dos veces al año como mínimo— siempre da la sensación de que su humor va con el freno de mano puesto. Es decir, deben ser tantos los condicionantes que pesan en TVE sobre la sátira, el sarcasmo, la socarronería... que exigen al humorista que se afeite los colmillos y los deje romos en lugar de puntiagudos.

Todos los años escribo lo mismo: Mota tiene talento para hacer un humor más audaz, penetrante y creativo. Mota es un artista con ingenio, pero creo que le piden que abuse de la marcha atrás. En vista de que haga lo que haga suele tener buena audiencia, debe de haber una servidumbre pactada con TVE 1, una especie de compromiso no escrito en base a este principio: más que un humor punzante y agudo queremos un humor que no moleste a nadie en absoluto.

Hombre, si el humor no es afilado, ni un poco corrosivo, y no genera polémica, se corre el riesgo de acabar haciendo unas risitas en un baño María. En este debut a los únicos que han mordido un poco es a Tamara Falcó y a su pollastre Íñigo. Una actriz disfrazada de marquesita de Griñón decía: “Hemos hecho un viaje de bodas fabuloso: hemos cerrado Ibiza para nosotros solos”. Y Mota, haciendo de Íñigo, concluía: “La luna de miel ha sido en la Granja San Francisco. Y le he regalado a Tamara esta alianza con cuatro rubís de las minas del Rey Salmón Ahumado, y empotrados por el señor Tiffany”. Bueno, lo llaman humor blanco pero corre el riesgo de confundirse con humor antiguo.

Es curioso, y lo celebro, que le hayan permitido a Mota meterse un poco con esta pareja de criaturas de la society repipi, cuando esta misma TVE les dedicó hace pocos días un Lazos de boda que era un empalagoso jarabe de melocotón en almíbar.

Debería TVE dejar de cogérsela con papel de fumar en el tema del humor. Ahora vive un momento de cierto repunte. Dado el desplome de Tele 5, TVE1 seguramente acabará julio como la segunda cadena más vista del país. Hace años que no ocurría. Yo creo que el momento Silvia Intxaurrondo interpelando a Feijóo por sus datos falsos, o sea, recuperando el oficio periodístico, contribuyó a la visibilización, en positivo, de esta cadena pública. Fue solo un instante televisivo, es verdad, pero suficiente para levantar el aplauso general de nuestro gremio, tan perdido.

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