¿Tan tonto es Sancho?

Imma Sust

Imma Sust

Estoy ansiosa perdida esperando el capítulo de Crims que se podría llamar tranquilamente: El desmembramiento de Tailandia. Y sobre todo después del fiasco de documental sobre la muerte de Mario Biondo, de dudosa objetividad. Carles Porta es el único que me da credibilidad. Se basa en hechos reales, evidencias científicas y pruebas más que demostradas. Y sí, yo soy como la mayoría de los mortales: un ser morboso. Me paro cuando hay un accidente de tráfico, subo la persiana a medianoche si oigo gritos y me encantan los libros de Agatha Christie. Algo habrá en ese tipo de crímenes, que nos enganchan tanto. Sobre todo si hay famosos. No me negarán que si Daniel Sancho no fuera el hijo del actor Rodolfo Sancho nadie hablaría de él. Y es entonces cuando aparecen las quinientas mil teorías para blanquear y justificar al personaje. Y yo me pregunto: ¿Tan tonto es el nieto de Sancho Gracia? Porque una cosa es meterse en una relación tóxica, otra matar en defensa propia y otra muy distinta, desmembrar a alguien y repartir su cuerpo en bolsitas por la isla de Koh Phangan. ¡Tailandia! Estarán de acuerdo conmigo en que es el peor lugar del mundo para cometer un asesinato.

¿Acaso el hijo del actor nunca vio El expreso de medianoche? En todo caso, el plan no era demasiado bueno y el acto cometido, difícil de entender, viniendo de una persona con una salud mental sana. Cosa que ahora mismo está por demostrar. Lo que está clarísimo es que en verano este tipo de noticias son oro para la tele y prensa. Todos hablando de la familia Sancho que está destrozada y de lo bien que ha hecho Daniel Sancho en pedir perdón, sin dedicar ni un solo segundo a Edwin Arrieta, que ya no existe. Lo cuestionamos todo porque no puede ser que un tío guapo y famoso, familiar de una saga importante de actores españoles, haga una cosa así de terrible. ¿Si no fuera el nieto de Curro Jiménez le estaríamos machacando? Y ya no os digo si fuera marroquí o rumano. ¿Y si fuera una mujer víctima de violencia de género? Eso ya lo vivimos casi a diario. Quince segundos en el telediario y da gracias. Como siempre, ponemos luz donde no toca.

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