el trasluz

Muchas preguntas

Juan José Millás

Juan José Millás

Estaba estos días viendo por la tele (por dónde si no) imágenes de la ronda de contactos del rey con los diferentes líderes políticos y me preguntaba quién le cuida la ropa a toda esa gente. Me ocurre lo mismo en el cine, cuando aparecen personajes que visten bien y que tienen la casa ordenada y limpia. ¿Quién les guarda las camisas con las camisas y la ropa interior con la ropa interior, quién les quita el polvo, quién les ordena la cubertería después de sacarla del lavavajillas? De joven, tuve un profesor de escritura que planteaba este asunto en sus clases. ¿Deberíamos recibir alguna información acerca de los personajes que en las novelas con protagonistas de clase media o alta se ocupan de las tareas domésticas? Nunca supe qué responder a esas preguntas. Continúo sin saberlo.

El rey Felipe VI viste con una elegancia y una pulcritud notables. Me fijo mucho en el nudo de sus corbatas de seda y en el movimiento de la raya de sus pantalones, cuando entra y cuando sale para recibir o despedir a los representantes de los partidos. También en su barba, tan cuidada que da gusto verla. Me gustaría saber si algún día se toma con el desayuno un ibuprofeno, no sé, conocer algo más de lo que se cuece detrás de la apariencia. A veces, aunque no en esta última ronda de consultas, aparecen fugazmente empleados que le abren las puertas de los salones por los que se manifiesta o se deja de manifestar. Fantaseo sobre sus vidas. Los imagino llegando a casa por la noche después de haber pasado una jornada laboral sacando adelante ese trabajo tan curioso. ¿Les pedirán que hagan horas extras el día en el que haya que abrir más puerta de las habituales?

No soporto las novelas en las que los personajes no se ganan la vida o que actúan como si no tuvieran que ganársela. Es, de hecho, lo primero que trato de averiguar cuando conozco a alguien en la existencia real. Creo que el vestuario de los presentadores y presentadoras de los telediarios pertenece a la empresa. No vienen de sus casas ni vuelven a ellas vestidos de ese modo. ¿De quién o quiénes son los trajes de los ministros y los subsecretarios? ¿Se cambian cuando llegan al ministerio? ¿Qué tipo de formación se exige a los que abren las puertas de la Moncloa? ¿Ganan más o menos que los que las abren en el palacio de la Zarzuela? Todo son preguntas.

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