Sol y sombra

La “España reforzada”

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Si no fuera lo mismo que perder el tiempo, habría que pedirle al presidente asturiano, Adrián Barbón, que profundizase algo más en eso de que España se está reforzando que el otro día quiso explicar con unas declaraciones a propósito del retroceso independentista catalán en las urnas. La realidad, sin embargo, es que con ese 1,6% del voto “mermado” que le corresponde a Junts, Puigdemont intenta poner en jaque al Estado exigiendo la amnistía total del procés antes de empezar a hablar de un apoyo a la investidura de Sánchez, el abandono de la vía judicial y de marcar el camino hacia un referéndum para la autodeterminación. No se puede sacar mayor provecho de la “merma” del voto, ¿verdad, señor Presidente?

Del resultado electoral de julio, España saldría realmente reforzada y con ella todas sus instituciones si, como plantea Alfonso Guerra, el PSOE y el Partido Popular, que suman el 73% del voto, fueran capaces de entenderse en la hora de la verdad y resistir al inadmisible chantaje independentista a que la quiere someter un prófugo de la Justicia. El exvicepresidente del Gobierno no ha tenido pelos en la lengua al describirlo como el gánster de baja estofa que se esconde en el maletero de un coche para fugarse y evitar que los jueces le pidan responsabilidades por el golpe de Estado promovido desde la Generalitat. Nada se puede esperar de unos partidos que, frente a una situación así, objeto de perplejidad en las cancillerías europeas, no ofrecen la resistencia debida aunque solo sea para reducir la amenaza nacionalista cuyo apoyo no sobrepasa por cierto el 6 por ciento y se limita exclusivamente a dos zonas geográficas del país. A Sánchez resulta ya complicado pedírselo, todo lo que hace es reafirmarse como cómplice del nacionalismo que ha elegido de socio. Antes de alcanzar un acuerdo de mínimos con el centroderecha español prefiere establecer sociedad con las derechas supremacistas vasca y catalana. Por no hablar del resto de la compañía.