¿Qué os pasa?

Ángela Labordeta

Ángela Labordeta

Hay cosas que no cambian porque simplemente hay hombres que no cambian y siguen pensando con sus genitales, hablando desde ellos y con ellos y sintiéndose algo así como dioses intocables en un mundo en el que pueden escribir, hacer y decir lo que quieran porque simplemente es su mundo, hecho para ellos y descuidadamente maltrecho para el resto. Ayer fue un grupo de WhatsApp de unos alumnos de Magisterio en la Universidad de La Rioja el que provocó la indignación y el cabreo ante palabras tan feas como “hay que partirles las bragas”, refiriéndose a sus compañeras de curso, frase que no solo resulta machista, sino que es violenta, visualmente ofensiva, desagradable y que resume perfectamente por qué el tipo que escribe esas palabras, además de ser un machista, es misógino y considera que la mujer es un objeto al que hay que partirle las bragas para mayor éxtasis y disfrute del varón.

Ciertamente lo que sucede y se dice en ese grupo donde, según informó cadena SER, hay unos doscientos alumnos es una muestra de las cosas que pasan cada día y que cada día nos alertan y nos ponen en pie de guerra en una guerra que iniciaron ellos y que siguen alimentando con sus actitudes, sus palabras, sus actos y su violencia. Parece como si las cosas no sucedieran y eso da pena y evidencia qué tipo de sociedad estamos construyendo: dan igual las mujeres asesinadas por violencia machista —estamos en máximos históricos—, dan igual las violaciones, dan igual los abusos de poder e incluso el caso Luis Rubiales, que claramente esconde tras de sí un sistema enfermo donde se ignora a la mujer, se la maltrata y en el cual solo opera el fango del dinero, de los contactos y de la política entendida de la peor manera, no sirven para nada, porque luego unos cuantos niñatos son tan necios que alardean con ofensas y con un lenguaje tan maltrecho y viejuno como sus propias mentes.

El caso de la Universidad de La Rioja es un caso más y lamentablemente sus consecuencias son dobles, porque esos muchachos que hoy quieren romperles las bragas a sus compañeras para satisfacer su apetito machista serán mañana profesores de niños y niñas a los que no tratarán en igualdad y en los que fomentarán la discriminación y el machismo con el que tanto se ríen en su código de hermandad, en el cual solo caben ellos y los que son como ellos. ¿Qué os pasa?

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