Cuando los chóferes vienen de Marruecos

Gemma Martínez

Gemma Martínez

El autobús debe ser, junto al tren y al tranvía, uno de los ejes vertebradores de la movilidad interurbana del futuro, aquella en la que el vehículo privado pierde peso en beneficio de un transporte colectivo más atractivo, eficiente y sostenible. Tampoco es baladí la contribución del autobús a la cohesión social del territorio, ya que es la vía de acceso de sus usuarios a la salud, la educación, el trabajo, el ocio y el turismo. Esto es posible porque la red regular interurbana en España, explotada en régimen de concesión y liderada por el grupo Alsa, une a más de 800 poblaciones y es utilizada por 30 millones de viajeros al año. Ningún otro transporte regular colectivo le supera. Así, este año se batirán récords de viajeros en bus interurbano al calor de las bonificaciones públicas a los billetes, el alto precio del combustible y los nuevos hábitos de los más jóvenes.

Este contexto es clave para entender la importancia del sector y de uno de los principales problemas que afecta a toda la movilidad por carretera, la falta de mano de obra cualificada. Alsa anunció la semana pasada en Barcelona que ha tenido que recurrir a la contratación de conductores de autocar de Marruecos y de otros países de Latinoamérica. Aun así todavía tiene plazas vacantes, un fenómeno que se repite en casi toda Europa.

Las empresas reconocen que son incapaces de encontrar demandantes de trabajo en España con carné de autobús y con la formación complementaria en seguridad. Tampoco atraen a mujeres y a jóvenes, colectivos sin los que será difícil afrontar el relevo generacional de una profesión un tanto estigmatizada socialmente y en la que cuatro de cada diez chóferes son mayores de 55 años.

Para revertir la falta de mano de obra cualificada, Administraciones, empresas y sindicatos deberían consensuar un plan de empleo, con formación adecuada, retribución digna y estricta seguridad laboral para los conductores. También tendrían que agilizar los trámites administrativos para permitir un flujo migratorio ordenado a través de la contratación en origen de trabajadores extranjeros. La movilidad del futuro obliga.

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