El compromiso de incrementar la Policía Nacional

Archivo - Coche Policía Nacional

Archivo - Coche Policía Nacional / EUROPA PRESS/ARCHIVO

EDITORIAL LA OPINIÓN

EDITORIAL LA OPINIÓN

A Coruña vivió un negro día de Navidad cuando un hombre de 34 años, Henry Casimiro, fallecía a consecuencia de los disparos realizados por un agente de Policía. La víctima estaba provocando destrozos en vehículos que circulaban por el polígono de Agrela armado con una barra de hierro. A su llegada, la patrulla policial intentó reducirlo utilizando una pistola eléctrica, sin embargo, debido a la corpulencia del atacante y a la cantidad de ropa que llevaba, el intento no tubo el efecto deseado y el hombre siguió atacando a los agentes. El disparo mortal se produjo cuando uno de los dos policías perdió el equilibrio y, desde el suelo, tuvo que defenderse de la agresión.

Todos los indicios en el desgraciado suceso apuntan claramente a una legítima actuación en defensa propia, y así es asumido por los colectivos profesionales. Pero la situación en que se encontró la patrulla de Policía Nacional ha puesto de manifiesto una carencia que se ha venido reclamando desde hace tiempo por parte de diversas instituciones, sindicatos policiales y el propio Ayuntamiento. Según trascendió tras la muerte de Henry Casimiro, en el momento que se producen los hechos solo había dos patrullas policiales trabajando en toda la ciudad. Además, una de ellas se encontraba inoperativa al tener que estar inmersa en otra operación en marcha. Los agentes antes de enfrentarse a la víctima solicitaron ayuda y ante la imposibilidad de conseguirla del 091 llamaron incluso a la Policía Local para que les auxiliara, y, aunque acudieron a su llamada, los hechos terminaron por precipitarse

Desde hace tiempo, los coruñeses tienen la sensación de que hace falta más presencia policial. Cada vez que una asociación vecinal es preguntada sobre las necesidades de su barrio, aparece esta demanda como una de las principales prioridades, de forma muy evidente en barrios muy concretos. Esta petición no es más que la constatación de una situación real, ya que en solo seis años, la cifra de agentes ha descendido en Galicia un 8,3%, mientras que en el resto del Estado, si bien se ha producido también una rebaja, esta ha sido mucho menor, cifrada en un 1,4%.

Además, esta mayor inseguridad que denuncian los vecinos de A Coruña no es solo una percepción sino un hecho confirmado por los datos del Ministerio del Interior. Los delitos en la ciudad de A Coruña han subido un 40,66% en los últimos cinco años. A Coruña es además la ciudad española por encima de 100.000 habitantes donde más ha crecido la delincuencia desde antes de la pandemia. Y, sin embargo, esta realidad que tanto preocupa a los ciudadanos parece no interesar a los responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que se limitan a afirmar que, pese a todo, A Coruña es una ciudad segura, a pesar de que sean ya muy pocos quienes así la perciben.

La alcaldesa coruñesa, Inés Rey, lleva desde 2021 pidiendo al Gobierno central más apoyo policial para solucionar las situaciones de inseguridad que han ido aumentando en los últimos años, sin que se haya atajado la tendencia del aumento de delitos en la urbe.

Una petición que Rey hizo al nuevo delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, durante su primera visita oficial, tras tomar posesión de su cargo, al Ayuntamiento. La respuesta de Blanco fue la de “comprometerse a aumentar las patrullas a través de un refuerzo adicional de la seguridad”, si bien, en ningún momento explicó cómo se podría acometer este incremento de la presencia de agentes sin aumentar el número de personas asignadas al cuerpo. Es preciso que se active este compromiso antes de que se vuelva a producir un suceso que deje en evidencia la carencia de efectivos, para garantizar así que las calles de la ciudad mantienen la imagen que siempre han tenido: un lugar acogedor, atractivo y singular para el disfrute y el esparcimiento de todos sus vecinos y visitantes.