El trasluz

Un sindiós

Juan José Millás

Juan José Millás

Ahora que TVE se propone encontrar al “mejor español de la historia”, me pregunto si el mejor español podría ser también el mejor inglés o el mejor francés o el mejor zulú. El asunto tiene su miga. Me pregunto asimismo si para ser el mejor español tendrías que ser, por ejemplo, un mal portugués. ¿Se puede ser un pésimo sueco y un gran español? En cuanto a las cualidades que deberían adornar a un buen español, ¿se parecen a las que deberían adornar a un buen tailandés? Si no te gusta la paella, ¿eres un mal español? Si, además de no gustarte la paella, detestas el flamenco, ¿eres un mal español? ¿Con qué criterio decidir si Miguel de Cervantes fue mejor español que Rafa Nadal o viceversa?

Una cosa que me chirría es que para haber sido el “mejor español” haya que haber sido famoso. Quiere decirse que si usted vive en el extrarradio de una gran ciudad y se levanta a las cinco de la mañana para acudir a su trabajo, al que llega después de haber viajado en un cercanías y dos autobuses, pero no lo conoce nadie, ¿puede aspirar a ser un buen español? Hablamos de una persona que tiene cinco hijos y que es viuda y que ha de currar 12 horas diarias para sacar adelante a su familia. Y que no protesta por la vida que le ha tocado en suerte, pero que no ha salido jamás en el periódico ni en la tele, no lo han sacado en ningún sitio. Quizá se trate del mejor español, pero ¿cómo acceder a él? ¿Podría ser un buen español un español que hubiera emigrado a Alemania porque no encontraba trabajo en España?

Y otro asunto, de carácter nuclear: ¿Se puede ser el mejor español siendo española? Digo esto porque cuando alguien escucha la expresión “el mejor español”, lo que ve en su cabeza es un hombre. Significa que el genérico, en este caso, como en tantos otros, no alcanza. En fin, que todo son problemas. Yo diseñé hace años un programa de TV para encontrar al español (o española) más normal, pero ninguna cadena se animó a producirlo. ¿Por qué? Porque después de darle muchas vueltas llegaron a la conclusión de que el español (o española) más normal tendría que ser, por fuerza, el más raro (o la más rara). Y entonces ya no ganaría el más normal. Un sindiós, en fin. Esperemos que no ocurra algo tan paradójico cuando logren dar con el mejor español (o la mejor española). Suerte.

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